MADRID. Las cooperantesde Médicos sin Fronteras Blanca Thiebaut y Montserrat Serra han sido liberadas hoy, veintiún meses después de que fueran secuestradas en el campo de refugiados somalís de Ifo, en Dadaab (Kenia).

Fue el 13 de octubre de 2011 cuando Thiebaut, de 30 años, y Serra, de 40, fueron secuestradas a unos cien kilómetros de la frontera con Somalia tras ser tiroteado el vehículo en el que viajaban en una acción en la que resultó herido el conductor, natural de Kenia.

Desde entonces han sido escasas las informaciones públicas conocidas sobre las dos cooperantes y ninguna organización ha reconocido públicamente la acción, aunque las primeras sospechas apuntaron al grupo islamista radical Al Shabab, que opera en la zona en la que fueron secuestradas y está vinculado a la red terrorista Al Qaeda.

Sin embargo, este grupo negó pocos días después que fuera el autor del secuestro de las dos cooperantes, que permanecían en cautiverio en Somalia.

Al cumplirse un año del secuestro, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, aseguró que continuaban con discreción las gestiones para conseguir la liberación de las dos mujeres españolas y que era necesario mantener la prudencia.

Un mensaje que se ha ido reiterando desde entonces por parte de Exteriores, que ha destacado también en todo momento el apoyo que estaba prestando a las familias de las secuestradas.

Los familiares, a través de Médicos sin Fronteras, han venido solicitando también prudencia tanto a los medios de comunicación como a las instituciones locales, nacionales e internacionales.

El pasado 15 de febrero, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró en Argelia que el Gobierno había recibido "una prueba de vida" de las cooperantes.

Tras esas declaraciones, tanto el Ministerio como los familiares y la ONG han permanecido en silencio para no perjudicar las gestiones que se han estado desarrollando para que pudieran ser liberadas y abandonar la complicada zona en la que permanecían retenidas.

Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.

Desde ese mismo año, la presencia de Médicos sin Frontera ha sido constante en el país, donde en la actualidad mantiene varios proyectos humanitarios.

En los últimos dieciséis años, más de medio centenar de cooperantes españoles han sido secuestrados cuando participaban en labores humanitarias, incluidas las dos trabajadoras de Médicos sin Fronteras hoy liberadas.