Donostia. La propuesta por parte de la Diputación Foral de Gipuzkoa de un sistema de peajes a implantar en las carreteras del territorio (A-15, N-I, N-121 en Endarlatsa y GI-632 en Deskarga) ha deparado a las primeras de cambio un debate de tintes políticos que, según parece, no ha hecho más que empezar. Desde un punto de vista técnico, mientras, el planteamiento ofrece menos alternativas, pero las dudas sobre cómo funcionaría, sobre todo con los vehículos foráneos, depara algunas interrogantes. Y es que, más allá de lo meramente tecnológico, sistemas como el propuesto requieren de una ardua labor de base que a día de hoy no se ha producido ni a nivel territorial, ni autonómico, ni estatal.
Este periódico se puso ayer en contacto con un técnico de la empresa de ingeniería a la que la Diputación ha encargado el estudio. "Conocemos las tecnologías, y hemos realizado un estudio acerca de los sistemas que hay en el mercado. Se ha planteado un funcionamiento mediante arcos free flow. Se trata de estructuras en forma de arco que se sitúan en la carretera", y cuya principal ventaja reside en que no obligan a los vehículos ni a pararse ni a reducir la velocidad, "por lo que favorecen una circulación fluida".
El modo contemplado para establecer el cobro a los vehículos es el de la colocación en su interior de un OBU (On Board Unit, unidad a bordo en castellano), un dispositivo detectado cuando se efectúa el paso bajo el arco. La empresa encargada del estudio contempla dos opciones de utilización de dichas unidades, y así lo ha planteado en su informe. "Por un lado se puede hacer un uso satelital. El recorrido del coche es controlado a través de sistemas de GPS, gracias a los cuales se factura en función de los kilómetros recorridos y los arcos traspasados".
"Por otra parte, se puede hacer un uso mediante DSRC, unas microondas muy parecidas a las que se utilizan con el sistema actual de Vía-T. La unidad a bordo tiene referenciados unos datos que pueden ir más allá de una simple cuenta bancaria, y que también pueden consistir en otros parámetros", como por ejemplo la procedencia geográfica del vehículo. A tenor del sistema de descuentos expuesto por la Diputación el pasado lunes, mediante el que se establecería un tope mensual de 25 euros los conductores de vehículos ligeros no guipuzcoanos, la segunda opción expuesta por el técnico sería la más apropiada.
dispositivo o matrícula Difícil a corto plazo. Habitualmente, en los países donde funciona (Noruega, Austria, Chile...) este sistema va acompañado de un sistema de cámaras de reconocimiento digital de caracteres (detección de matrículas) mediante el que se multa a quienes traspasan el arco sin dispositivo. Sin embargo, parece complicado que se instaure la obligación, no ya solo en el territorio sino en el Estado, de llevar a bordo uno de los dispositivos requeridos para el cobro en Gipuzkoa, al menos, a corto plazo.
La solución pasaría por crear un sistema que ya se utiliza en otros lugares, y que consiste en asociar las matrículas de un determinado ámbito (estado, región, provincia,...) a una cuenta bancaria. En este caso, el cobro del peaje se efectuaría directamente mediante la mencionada lectura de la matrícula, tras la que también existirían bases de datos. Pero, sea como sea, tampoco se atisba la instauración a corto plazo de una infraestructura técnica general que facilite esta segunda vía, ya que, además, las medidas no afectarían únicamente a los vehículos guipuzcoanos.