GASTEIZ. La inmigración genera recelos e incertidumbre entre la población vasca al ver en peligro el estado del bienestar, según indican los datos del último barómetro del Ikuspegi, presentado ayer en Bilbao. En 2011 más del 70% de los vascos opinaba que todos los extranjeros tenían derecho a la asistencia sanitaria, jurídica y educación. Un año más tarde, con el empeoramiento de la crisis económica, ese porcentaje ha descendido al 57% para la asistencia sanitaria, al 26% para la jurídica y al 52% para educación. La sociedad cree que el acceso a estos derechos ha de estar vinculada a la situación regularizada de las personas inmigrantes. Aún así, el director de Política Familiar y Desarrollo Comunitario del Gobierno Vasco, Jose Luis Madrazo afirma que "tenemos una sociedad cohesionada, tolerante e inclusiva".
A pesar de esta opinión, la encuesta muestra que un 21.3% de la población vasca cree que el gobierno debiera de expulsar a los inmigrantes en situación irregular. La cantidad de personas con esta idea se ha duplicado desde el 2009, cuando el 10% de los vascos compartía esta opinión, que había descendido a un 8,8% en 2011.
Del informe Ikuspegi se desprende también que el 18,8% de la población vasca se muestra contraria a que los inmigrantes accedan a viviendas de protección oficial, un rechazo que se extiende también en la participación electoral.
Los datos reflejan que la mayoría de la población-57,5%- opina que el derecho a sanidad pública también pertenece a todos los inmigrantes, incluso a aquellos no regularizados, aunque esta idea ha descendido notablemente frente a los datos del 2011, donde el 73% aceptaba el acceso a toda persona. En educación ocurre algo muy similar, donde el descenso de un año para otro es de 18.3%.
La población autóctona sigue considerando el contrato laboral como una garantía suficiente para permitir la entrada a los inmigrantes, "porque genera confianza". Aunque desde los últimos tres años esta opinión ha descendido del 82,6% -del 2010- hasta un 61% -en 2012-. Por primera vez, en el estudio del Ikuspegi se ha añadido una alternativa en la encuesta, dando la opción de permitir la entrada a aquellas personas que cumplan los requisitos legales como situaciones de reagrupamiento, estudiante o refugiado, siendo aceptada por el 17% de la población.
Beneficios de la inmigración El balance de Ikuspegi 2012 ratifica la idea de que la visión instrumental y positiva de la inmigración, muy asociada a sus beneficios en el plano económico y laboral, esta perdiendo fuerza con el impacto de la crisis. En 2008 coincidiendo con el comienzo de la recesión económica la idea de que la inmigración permite que la economía funcione mejor al ocupar puestos de trabajo que la población autóctona no quiere, era compartida por el 55.7% de la población. En 2012 en cambio, esta afirmación es aceptada por el 40% de la población trabajadora.
Según el barómetro de 2012 se pueden observar tres tipos de perfiles, predominando con un 40% la postura ambivalente ante los inmigrantes. El segundo grupo por tamaño se corresponde con la parte de la población que se muestra tolerante hacia éstos, en total un 38%. Finalmente, un 20% de vascos se muestra reacios al colectivo de inmigrantes. Con respecto al año anterior sube el número de personas tolerantes. Pero según matiza, el director del Observatorio vasco sobre inmigración, Gorka Moreno esto se produce "porque la nota ha descendido, antes, el tolerante necesitaba un 7 ahora un 6,7. Lo mismo con el reacio que pasa de un 3.8 a un 3". A pesar del descenso del número de personas reacias a la inmigración, Moreno aconseja "encender todas las alarmas porque aunque disminuye el grupo, muestra unas actitudes muy compactas en el sentido negativo hacia la inmigración".
Además, el barómetro describe los perfiles de las personas con tolerancia más alta y baja. El espectro de población que tiene mayor aceptación a los inmigrantes estaría formado jóvenes con estudios superiores que se describen agnósticos o ateos y con sentimiento vasco, además de pertenecer a una clase media alta. Por el contrario el perfil de persona menos tolerante sería un individuo mayor de 65 años, sin estudios o con estudios primarios con creencias católicas y con un sentimiento más español que vasco. También este perfil describe a una persona que pertenece a una clase baja y que compartiría el lugar de residencia con grupos inmigrantes.
Otro dato que se incrementa en el 2012 es el perfil asimilacionista, la sociedad vasca quiere que todos compartamos las mismas costumbres y tradiciones, donde el esfuerzo para una mejor convivencia debiera de ser por parte de los inmigrantes. También los vascos creen según añade Gorka Moreno que "se benefician del estado del bienestar, que pagan menos impuestos y que su presencia genera inseguridad".
Aún así la inmigración no es considerada por la gran mayoría de los vascos como un problema. El paro, en cambio, encabeza esta lista de preocupaciones, siendo considerado como problema por el 85% de la población, mientras que la inmigración solo inquieta al 11%.