Washington. Un equipo científico en Oregón ha reprogramado de forma exitosa células de piel humana para que se conviertan en células madre, capaces de transformarse en cualquier otro tipo de célula del cuerpo. Los investigadores participantes en este gran avance médico creen que las células madre podrían usarse para sustituir las células dañadas por enfermedades o lesiones, y en el tratamiento de males como el Parkinson, la esclerosis múltiple, las enfermedades cardiacas y las lesiones de la médula espinal, por ejemplo.
El procedimiento seguido por estos científicos fue el mismo que precedió a la clonación de animales, encarnado en su primer ejemplo en la conocida oveja Dolly. No obstante, los autores insisten en que el objetivo que persiguen no es clonar personas. Tal y como se publica en la revista científica Cell, el propósito es "llegar a la fase de blastocisto del embrión (alrededor de los cinco o seis días de desarrollo) para extraer las células madre. Teóricamente, estas podrían luego diferenciarse en tejidos que el paciente necesitara para un autotrasplante, que, como tendrían el mismo material genético que el receptor, podría usarse sin riesgo de rechazo".
En cualquier caso, la técnica experimentada en los laboratorios de Oregón podría tener serias repercusiones en la polémica que, desde el nacimiento de la oveja clonada, rodea a la posibilidad de emplear células madre extraídas de embriones humanos. De hecho, numerosos expertos en ética y grupos religiosos cuestionan ya el uso de esos embriones obtenidos, principalmente, de clínicas de fertilidad. El equipo lo integran investigadores de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón y el Centro Nacional de Investigación de Primates, y lo encabeza Shoukhrat Mitalipov, quien ya logró en 2007 la conversión de células de piel de mono en células madre.
La técnica usada por Mitalipov y sus colaboradores es una variación de un método de uso común, llamado transferencia nuclear de célula somática, que consiste en el trasplante del núcleo de una célula, que contiene el ácido desoxirribonucleico de un individuo, en un óvulo al cual se le ha retirado su material genético. El óvulo no fertilizado se desarrolla y eventualmente produce células madre.
Autotrasplante sin rechazo "Un examen detallado de las células madre derivadas mediante esta técnica demostró su capacidad de convertirse, al igual que las células madre normales de embrión, en varios tipos diferentes de células, incluidas las células nerviosas, del hígado y del corazón", expresaba Mitalipov en el artículo publicado en la revista Cell. "Además, debido a que estas células reprogramadas pueden generarse con material genético del mismo paciente, no hay preocupaciones por la posibilidad de rechazo de un trasplante", añadía. El éxito del equipo de Mitalipov en la reprogramación de células de piel humana provino de una serie de estudios de células humanas y de monos elaborado con anterioridad y ha tardado seis años en llegar a este punto de su investigación.
Otros intentos anteriores fallidos en varios laboratorios mostraron que el óvulo humano parece más frágil que los óvulos de otras especies y esto fue un obstáculo en los métodos conocidos de reprogramación. La clave del éxito fue hallar una manera de hacer que los óvulos permanecieran en una etapa conocida como "metafase" durante la transferencia nuclear. "La metafase ocurre en el proceso natural de división celular, o meiosis, cuando el material genético se alinea en el medio de la célula antes que esta se divida", precisaba Mitalipov en su artículo científico.
El equipo investigador encontró que el mantenimiento químico de la metafase durante todo el proceso de transferencia impedía que el proceso se atascara y permitía que las células se desarrollaran y produjeran células madre, lo que abre un camino de posibilidades terapéuticas. La reproducción humana asistida [clonación de seres humanas] sería otra de las vías que podría ser desplegada en el futuro gracias al experimento, aunque especialistas en asuntos de genética consideran que este asunto "sigue siendo ciencia ficción". Por lo tanto, la medicina regenerativa se presenta como la principal ganadora en la eterna batalla del ser humano por vencer a la muerte.