HACE un año, el Ayuntamiento decidió prescindir de los servicios de la Arich, la Agencia municipal que hasta entonces se encargaba de la revitalización del Casco Viejo. Bildu se fue muy crítico con el modelo de gestión "personalista" y a su entender "poco transparente" del exgerente Gonzalo Arroita, porque dejaba fuera de sus decisiones la opinión de los vecinos y destinaba menos fondos a políticas sociales que urbanísticas -apartado éste en el que Arroita volcó sus esfuerzos, también con éxitos-. Y llegó un momento en que el alcalde accedió a desmantelar la Arich. Pasado un tiempo más que prudencial, la coalición decide ahora desvincularse de esta especie de acuerdo con el PP ante la falta de voluntad y pasos dados por el gobierno para poner en marcha el modelo de participación vecinal que los abertzales pusieron sobre la mesa del alcalde. Así lo explicaron ayer Kike Fernández de Pinedo e Itziar Amestoy. Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido desde entonces con los proyectos del Casco Viejo? ¿El parón es real o por el contrario las actuaciones previstas siguen adelante? El gobierno responderá el lunes al PNV sobre el destino que se va a dar a los fondos Urban, siempre que Vitoria consiga estas ayudas. De momento ya se puede afirmar que no todos los proyectos del barrio han corrido la misma suerte y mientras unos avanzan lentamente se frenan otros: una de cal y otra de arena.
Así, la reforma de la escuela Ramón Bajo y del polideportivo El Campillo está encaminada, el proyecto sigue adelante y el Ayuntamiento trabaja con la AMPA del centro para atender las necesidades más urgentes de los escolares. En el caso de las escaleras mecánicas del Seminario y del ascensor de acceso al centro médico, tras el arranque inicial, la contratación de la obra está parada, a la espera de que la empresa presente una nueva oferta, ya que la primera fue anulada por baja temeraria, lo mismo que ocurrió con el centro cívico de Salburua. Esta demora es aún mayor en el Gasteiz Antzokia, una actuación que va más allá del barrio, puesto que su beneficio es para toda la ciudad, pero de la que nada nuevo se sabe por ahora. Después de las idas y venidas para encontrar una ubicación adecuada a esta casa del euskera, el Ayuntamiento se decidió por levantar una planta más en Montehermoso y ubicar en ella este centro euskaldun. Esta obra requiere unos permisos especiales, que se supone que el ejecutivo de Maroto está tramitando. Tampoco hay novedades sobre el uso que se va a dar a distintos palacios y edificios vacíos. Ni tan siquiera se ha echado abajo el almacén de la plaza Santa María, donde sigue el acopio de material de obras utilizado en la restauración de la catedral.
Los esfuerzos se centran ahora en la rehabilitación de casas en mal estado y en potenciar la reactivación económica del barrio, con ayudas al comercio y la hostelería, y la instalación de negocios en la colina. Pero los vecinos siguen sin tener noticia alguna sobre los planes que el ejecutivo popular tiene para el barrio, y Bildu -teme- que ni ellos mismos lo sepan. "No es que hayamos decidido bajarnos de un tren que andaba, es que el tren ni se ha puesto en marcha ni se va a poner".