Bilbao. La catedrática de Geodinámica Interna de la UPV/EHU, Julia Cuevas, asegura que no se pueden descartar ningún tipo de riesgo en el uso de la técnica de la fracturación hidráulica o fracking para extraer gas o petróleo del subsuelo. "Desde el punto de vista científico no podemos decir que no hay ningún riesgo", afirma la experta.

El fracking es un sistema de extracción que se basa en la ruptura de las rocas denominadas lutitas, productoras de petróleo y de gas. Desde el punto de vista geológico, este tipo de roca dispone de microporos que no están conectados entre si. Por ello necesitan una estimulación para que fisurar la roca, los poros se conecten y, de esta forma, el hidrocarburo pueda fluir hacia un pozo.

El primer problema que se encuentra es la profundidad donde se suelen ubicar las lutitas, en distancias donde la presión hace que las posibles fisuras vuelvan a cerrarse. Para poder extraer el petróleo o el gas "se necesita estar fracturando todo el rato en un proceso continuo", señala la experta en declaraciones a la agencia Vasco Press. Para ello, el sistema de fracturación hidráulica necesita bombear 16.000 litros por minuto de agua mezclada de arena para mantener abiertas las fisuras y una serie de aditivos. El agua que vuelve a la superficie es la que lleva los hidrocarburos.

"Desde el punto de vista científico no podemos decir que no hay ningún riesgo", alerta la catedrática Cuevas. Por un lado, la emisión de metano al aire "con niveles superiores a la extracción de hidrocarburos convencionales" y la posibilidad de contaminar acuíferos de agua potable en el proceso de sondeo "Es verdad que se puede hacer extracción en zonas donde no hay acuíferos y que se pueden tomar una serie de precauciones para minimizar", reconoce Cuevas

El tercer riesgo más común es la sismicidad "de baja intensidad". "Cuando se inyectan los fluidos a profundidad en los procesos de microfisuración de la roca se reduce el nivel de resistencia y es más fácil que haya riesgos de sismicidad".

polémica servida Ecologistas y plataformas anti fracking han tomado estos riesgos como defensa contra el uso de este tipo de extracción en las zonas de Asturias, Cantabria y el sur de Araba. Sin embargo, el Gobierno vasco estima que el yacimiento alavés Gran Enara podría cubrir el consumo actual de gas durante 60 años en Euskadi y de unos 5 años en Estado. Asimismo permitiría una diminución de la dependencia de los recursos energéticos importados a un precio menor.

Esta polémica no es nueva. En Estados Unidos, cuna de la extracción hidráulica, se registraron "movimientos sísmicos inducidos" producidos por la técnica de fracking'. "En algunos sitios se produjo contaminación de algún acuífero", reconoce la catedrática de la UPV/EHU. "También es verdad que las técnicas que se utilizaban hace 15 años no son las que se usan hoy en día", matizó. En el caso del metano, Cuevas explicó que hasta hace poco tiempo no se ha podido analizar la cantidad de emisiones de metano "porque no se tenía una sistema claro de vigilancia del aire comprobable, por lo que había cosas que se podían sospechar pero que no se pueden comprobar de manera científica.