BILBAO. El pasado miércoles los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE, Hiru, CGT y CNT y distintos movimientos sociales remitieron una carta al secretario general de CC.OO. de Euskadi, Unai Sordo, en la que le trasladaban que estaban analizado la convocatoria de una huelga general y que su voluntad sería "coincidir" en esa convocatoria "más allá" de las "diferencias". Esa misma carta también fue remitida al responsable de UGT Euskadi, Damaso Casado, y unos días después, se confirmó la convocatoria de huelga general para el 30 de mayo en la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra.

Sordo respondió a esta misiva el pasado viernes con otra carta, a la que ha tenido acceso Europa Press. En la misma, traslada a los sindicatos nacionalista que comparte el análisis sobre la orientación de las políticas en claves "neoliberales y regresivas".

A juicio del dirigente de CC.OO. Euskadi, las prioridades "en lo inmediato" pasan por modificar "la situación en el aspecto más cercano, más eminentemente sindical y que más relevancia tiene en la distribución de la riqueza". En concreto, apunta que ese aspecto es la negociación colectiva y el intento por parte del Gobierno de "romper la espina dorsal de las relaciones laborales colectivas, y por tanto del sindicalismo de clase".

"Esta situación no es una pieza suelta en el proceso de devaluación interna con que se pretende hacer pagar el costo de la crisis a las clases populares. Todo lo contrario, es uno de sus ejes principales, si no el principal", añade.

Sordo indica que no se pueden desligar las políticas "decididas por la troika, la ortodoxia neoliberal, la deshumanización del trabajo o la situación de Grecia o Portugal", de la realidad del modelo laboral y la negociación colectiva.

ATOMIZACION

En su opinión, ese intento de "desvertebrar" las relaciones colectivas e individualizarlas en el ámbito de la negociación "atomizada" en la empresa, "es el mayor ataque a los derechos de los trabajadores y al sindicalismo de clase en muchos años".

"Es más, siendo el elemento de mayor urgencia (producto de la pérdida de vigencia de los convenios colectivos entre el próximo mes de julio y diciembre), nos parece que debiera figurar en cualquier planteamiento de acción y reivindicación en el presente momento", apunta.

En este sentido, cree que todo esto debe ser contestado "desde referencias alternativas porque estas existen y son materializables". "Es cuestión de correlación de fuerzas, pero también de voluntad", señala.

Por ello, les emplaza a hacer frente "conjuntamente" a este escenario "indeseado desde la propuesta, desde la negociación y, si no fuera posible el acuerdo, desde la movilización en la que compartimos vuestro afán unitario". "Los derechos de cientos de miles de trabajadores están en juego. Nos gustaría que, más allá de nuestras diferencias, pudiéramos coincidir en ese empeño", concluye.