E S una frase hecha, pero rigurosamente cierta. Los tiempos de crisis son también tiempos de oportunidades, por mucho que el paro esté desbocado, los precios suban y los sueldos bajen, y las perspectivas no inviten al optimismo. La clave está en tener una idea, la motivación suficiente para desarrollarla contra viento y marea y, eso sí, que el proyecto en cuestión se enmarque en un nicho de negocio real, que satisfaga necesidades al potencial cliente o consumidor. Hace falta también dinero, financiación, pero sobre todo se trata de una cuestión de audacia, de valor y de confianza en las propias posibilidades.
Hace cinco o seis años casi nadie se atrevía a renunciar a una nómina, más o menos voluminosa, para lanzarse a la aventura del autoempleo, pero ahora hay mucha gente que está en la calle y no tiene nada que perder. Es el momento.
Por otro lado, desde que comenzó la crisis, cada día echan la persiana en Euskadi 12 autónomos ahogados por las deudas, la competencia de las multinacionales, los impuestos y el desplome del consumo. ¿Qué motivación pueden tener, entonces, los jóvenes vascos para montar su propio negocio? Entre otras cosas, el hecho de que no queda otra. Una vez se sale del mercado laboral, al menos a día de hoy, el reingreso por las vías clásicas -enviar currículum, tirar de contactos, esperar una llamada- es prácticamente imposible. Por otro lado, la generación que se está perdiendo en todo el Estado como consecuencia de la crisis es la mejor formada de la historia. Tienen conocimientos especializados suficientes como para encontrar trabajo en otros países. ¿Por qué no intentarlo aquí por su cuenta y riesgo?
Lourdes Azkoaga, secretaria general de la Asociación Profesional del Trabajo Autónomo UATAE Euskadi, no oculta que la realidad es cruda para los autónomos vascos. "Pagamos muchísimos impuestos, el IRPF, autónomos, todo", lamenta, en un contexto además en el que para ganar menos tienen que trabajar más. Es el caso, por ejemplo, de los pequeños comerciantes, que "están sobreviviendo a base de trabajar muchísimas horas para competir con las grandes superficies, ganando menos y perdiendo su tiempo de ocio".
350 menos en Álava En el territorio histórico, afirma, 350 autónomos han tenido que cerrar en lo que va de año, y en localidades como Basauri o Getxo el desplome ha sido brutal, del 3,9% y del 3,5%, respectivamente, el pasado marzo con respecto al mismo mes del año pasado. Por contra, en municipios como Santurtzi se han incrementado ligeramente las altas con respecto a febrero. En todo caso, en las tres capitales vascas y en todos los principales municipios de la comunidad los datos interanuales son negativos. Aunque con el nuevo año nuevos emprendedores empiezan a optar por esta fórmula, aún no son suficientes como para compensar todo lo perdido antes.
Azkoaga es consciente de esta realidad y la denuncia, pero no por ello reniega del autoempleo, todo lo contrario. "El Gobierno Vasco ha puesto en marcha a través de Elkargi y Oinarri las ayudas a la financiación de autónomos y ya están concediendo", recuerda, y aunque toda inversión "supone un riesgo", cree que merece la pena hacerlo. ¿Por qué? Porque "parece que los bancos van abriendo un poco la mano para financiar empresas y hay que aprovecharlo", señala Azkoaga, y porque esas ayudas institucionales anunciadas -el plan para la financiación de pymes y autónomos ha introducido ya en el torrente circulatorio de la economía vasca 300 millones de euros sólo para estos colectivos- no siempre han estado ahí.
"Cuando yo empecé no había nada de eso y salimos adelante", explica Azkoaga que, por otro lado, no ve la utilidad real de instaurar desde 2014 una tarifa plana de 50 euros mensuales en cuotas a la Seguridad Social para los autónomos, como ha anunciado el presidente Rajoy, si se limita sólo al primer medio año de creación de una empresa, y eso "si se llega a aplicar. Lo más difícil para sacar adelante una empresa -afirma- son los dos primeros años", y a partir del séptimo mes el nuevo empresario tendrá que pagar la cuota ordinaria, en 2013 un mínimo de 255 euros.
Imprescindible formarse Junto con las subvenciones públicas, una pata fundamental para hacer del autoempleo una salida hacia el futuro es la formación. "Es fundamental", afirma, y en ese sentido UATAE se ha volcado con los cursos especializados, sobre todo en ámbitos donde se puede generar riqueza. En esa tarea, explica Azkoaga, deben implicarse también las instituciones, y en este caso no poniendo dinero, sino investigando las características de los mercados y detectando las oportunidades para que los emprendedores las puedan aprovechar, en lugar del lanzarse a la piscina del autoempleo sin saber si hay agua o no. "Deben buscar nichos de negocio, igual si te decides por montar un taller mecánico resulta que ahí no hay negocio, hay que buscar esos nichos, que los hay, la máquina herramienta, por ejemplo, vive uno de sus mejores momentos".
Sacrificio seguro En todo caso, esas dos condiciones, la de la financiación y la de acertar con el tipo de negocio que se quiere montar, no sirven si no se está dispuesto al sacrificio por aquello en lo que se cree. "Hay que olvidarse de trabajar ocho horas al día, si tienen que ser doce o catorce, doce o catorce". En ese sentido, Azkoaga cree que en los tiempos de bonanza los trabajadores han perdido el hábito de la supervivencia bajo circunstancias adversas y cuesta mucho, por ello, dar el salto a la creación de empresas. "Nos hemos acomodado, esperamos a que nos llamen para trabajar, y eso tiene que cambiar", afirma.