vitoria. 344 millones de euros. Es el dinero del que dispone el Ayuntamiento de Vitoria, formalmente desde el lunes, para afrontar este ejercicio. Unas cuentas especialmente marcadas por la crisis que en 2013 ha dejado a miles de ciudadanos sin empleo y a decenas de empresas en ERE en la capital alavesa. Pero también un goteo de cierres en tiendas, bares y restaurantes y un descenso del gasto entre los gasteiztarras. Sin sobresalto alguno, el Pleno municipal aprobó ayer definitivamente el documento del avance y la estabilidad para PP y PNV, y de los recortes para socialistas y Bildu. El lunes se publicará en el BOTHA.
A dos meses del ecuador de su legislatura, Javier Maroto ha conseguido sacar adelante por vez primera en su mandato una herramienta fundamental para gestionar la ciudad, a pesar de sustentar un gobierno en minoría. Y lo ha hecho gracias al apoyo de los nacionalistas de Gorka Urtaran. El PNV le ha allanado el camino al alcalde por el "bien" de Gasteiz. Maroto tendrá que esmerarse ahora y cumplir el pacto alcanzado con los jeltzales. Los populares tendrán enfrente, en la bancada de la oposición, a PSE y Bildu, muy críticos con el Presupuesto aprobado.
El Presupuesto de 2013 es el de la crisis, pero también el de las nuevas alianzas en el Ayuntamiento. Atrás quedan los años de Alonso y Lazcoz, los gobiernos de los dos bloques: nacionalista y constitucionalista, los del acuerdo entre PP y PSE -con salvedades, puesto que nacionalistas y socialistas también se unieron en ocasiones-. El Pleno de ayer trae un nuevo mapa, otra división de fuerzas: el llamado centro-derecha de un lado y la denominada izquierda de otro. 15-12 en el marcador de votos.
El Presupuesto fija las líneas básicas de los ingresos y gastos a los que el Ayuntamiento hará frente este año. Recoge partidas para gasto social, fomento del empleo, implantación de servicios hasta ahora inexistentes en los nuevos barios y obras -menos que otros años- como la reforma del Europa, la estación de autobuses o los centros cívicos de Salburua y Zabalgana. No obstante, a partir de ahora, habrá que hacer ajustes. Los acontecimientos se suceden desde que PP y PNV firmaron el documento hace unos meses, lo que obliga a realizar modificaciones sobre el papel. Así, hay que sumar el dinero procedente del fraude fiscal (ocho millones según Maroto, menos según Urtaran), que se ha incorporado como remanente y se va a destinar a proyectos ya iniciados y pendientes de financiación. Y restar los 1,8 millones de euros que el Ayuntamiento tiene que devolver por orden del juez a los cerca de diez mil propietarios de viviendas vacías a los que se giró el recibo en 2012. También los cuatro millones de euros que, según denunció ayer la oposición, debe el Ayuntamiento por facturas impagadas el pasado año. El gobierno ya ha dicho que hará frente a este gasto con remanentes que haya disponibles.
Y a pesar de que ninguna de las enmiendas presentadas al Presupuesto ha sido aprobada -no se ajustaban a la normativa-, en la tabla de gastos sí se incluirán las partidas comprometidas con el Consejo Social de la ciudad, confirmaron ayer Maroto y Urtaran: 12.000 euros para la prevención de nuevas formas de pobreza, 20.000 para el mantenimiento y mejora del Anillo Verde y 12.000 para la protección del arbolado urbano, entre otras.
Como no podía ser de otra forma, para el alcalde contar con un Presupuesto es una magnífica noticia, "un ejemplo de que el acuerdo entre diferentes es la única opción útil en este momento". También para los jeltzales. "Hay dos formas de hacer oposición política. Una, la de tierra quemada que practican PSE y Bildu y otra, la del PNV y la que pide la ciudadanía, que cosiste en llegar a acuerdos para minimizar los efectos de la crisis", dice Urtaran. Lo contrario a lo que opinan PSE y BIldu, que ven en el texto ratificado ayer, el Presupuesto de los recortes.