vitoria. Cuando alguien paraba al alcalde por la calle para contarle un problema, al segundo Javier Maroto estaba enviando un mensaje a Ángel Lamelas para que gestionara el caso. En cualquier momento, a cualquier hora. Y él, contratado como asesor vecinal y responsable del programa Cita con el alcalde, se ponía rápidamente manos a la obra para responder tanto a los casos que le hacía llegar el primer edil como a todos esos otros que los particulares le transmitían a través del teléfono del servicio. Así, durante año y medio, hasta que el dirigente vecinal ha decidido dimitir. Lamelas daba la noticia el sábado con una carta y ayer el equipo de gobierno salía a la palestra para agradecer su labor, zanjando cualquier rumor sobre un posible despido pactado. La relación empezó y termina "con buena sintonía", sostienen una y otra parte, si bien al contrastar las versiones sobre los motivos que han acarreado el final de esta etapa surgen contradicciones.
El PP asegura que contrató al presidente de Ipar Arriaga y miembro de la junta directiva de la FAVA para gestionar la Cita con el alcalde, por mucho que Lamelas anunciara desde el principio que pretendía ser una nueva y mejor correa transmisora entre las asociaciones y el Ayuntamiento. De hecho, ayer mismo Lamelas destacaba como motivo principal de su dimisión que hacía tiempo que su ámbito de trabajo "se había estrechado", hasta el punto de que ya sólo se dedicaba a gestionar los compromisos de Maroto. Un servicio "bueno y eficaz", sí, pero que no le permitía cumplir con el "objetivo original" por el que entró en el Consistorio ni "mantener el compromiso adquirido con la ciudadanía". "Lo fácil", opina, "hubiera sido seguir y calentar la silla, pero siempre dije que nunca haría eso".
Lamelas, de hecho, cree que todos aquellos colectivos que vieron con recelo su nombramiento ahora le aplauden. "He demostrado", apostilla, "que he sido independiente". Más aún, está plenamente convencido de que si la Cita con el alcalde no hubiera absorbido su tiempo y si le hubiera tocado vivir una época con más recursos económicos para atender las demandas vecinales, podría haber hecho mucho por reactivar y potenciar la participación ciudadana. "Al principio mantuve relación con todas las asociaciones, se tramitaron sus peticiones...", recuerda. El gabinete Maroto, sin embargo, insiste en que "Lamelas fue contratado para gestionar la Cita con el alcalde" y ofrece varios argumentos.
"Él quería seguir siendo presidente de Ipar Arriaga, estar en la junta directiva de la FAVA y ser independiente, pero así la relación con el movimiento asociativo iba a estar viciada", explican desde el PP. O sea que, aunque haya habido veces en las que el asesor ha actuado de intermediador con el tejido asociativo, "ésa nunca ha sido su labor". El gobierno recuerda, además, que muchas asociaciones no entendieron el salto dado por Lamelas al Ayuntamiento de la mano de Maroto, por lo que aún habría tenido menos lógica que el portavoz vecinal hubiera ejercido esas funciones. Ha sido una administrativa dentro del equipo de gobierno la responsable de esa labor. La misma que ahora gestionará también la Cita con el alcalde.
Pero entonces, ¿por qué cree el PP que Lamelas ha dejado su cargo? A su juicio, el asesor perdió "incentivos" al ver el programa de citas ya consolidado. Por eso, el equipo de gobierno no hace caso a esos rumores que ya corren por Vitoria sobre la posibilidad de que Lamelas pueda aprovechar sus conocimientos de los entresijos del Ayuntamiento para avivar el movimiento vecinal contra la gestión de Maroto, como ya lo hizo con beligerancia en la legislatura socialista. "Ni se le contrató para callar su voz ni nos preocupa ahora que pueda hacer algo dañino por haber estado aquí dentro", sostiene. Y eso que resulta un tanto inquietante que la carta que el ex responsable de Cita con el alcalde mandó a las asociaciones para anunciar su dimisión empiece por Los papeles no siempre se los lleva el viento.