amurrio. Los cinco municipios del Valle de Ayala y el vizcaíno de Orduña pusieron en marcha en noviembre un plan de empleo comarcal, impulsado por la Cuadrilla y dirigido por la firma Consultec, a fin de luchar contra una más que preocupante tasa de desempleo del 15,72%. Esta misma semana se ha dado luz verde a un paquete de acciones que, por valor de 304.000 euros, intentarán poner freno a este "drama social".

Las últimas estadísticas arrojan una preocupante tasa de desempleo en Ayala del 15,72%. ¿Cuál es la situación por municipios?

Hablamos de en torno a 3.000 personas desempleadas, un auténtico drama social ante el que no nos podemos quedar de brazos cruzados. Llodio, con un 17,76% y más de 1.500 parados, y Amurrio, con un 15,81% y en torno a 820 desempleados, son las zonas más deprimidas, pero los municipios de menor población también lo están padeciendo. Orduña tiene una tasa de paro del 14,12%, Artziniega del 12,42%, Okondo del 11,33% y Ayala del 10,47%.

¿Se puede decir que el plan de empleo comarcal al que dieron luz verde en noviembre es una especie de dique de contención?

Precisamente estas cifras fueron lo que impulsaron a Lanbide a otorgar una ayuda a la comarca para el desarrollo de un plan de empleo, dado que se trata de una de las zonas más desfavorecidas del País Vasco y supera la media general. No sé si se le puede denominar dique de contención, lo que es seguro es que es un intento de apoyo que hemos impulsado desde la Cuadrilla de Ayala para, mediante acciones concretas y muy meditadas, paliar en la medida de lo posible esta problemática. Nos gustaría poder hacer mucho más y llegar a más gente, pero el dinero es el que hay.

Exactamente, ¿de qué presupuesto hablamos y en qué se va a invertir?

La cifra global asciende a 303.761 euros, de los que 258.197 nos han llegado desde Lanbide, y se trata de dos tipos de acciones a emprender. Por un lado, con 160.386 euros, se van a impartir varios cursos de formación especializada en atención gerontológica y envejecimiento activo, agroecología, soldador en estructuras para la edificación sostenible, comunicación digital, mejora de la productividad y ayudante de la industria agroalimentaria, dirigidos a parados inscritos en Amurrio y Llodio, y que serán impartidos a lo largo de los meses de abril a agosto. Nos gustaría haber llegado a más gente pero, limitados por el presupuesto, nos hemos centrado en cursos con alto grado de empleabilidad, en base a las estadísticas sobre profesionales más demandados.

¿Y los otros 143.375 euros?

Se invertirán en el segundo tipo de acciones a emprender, de forma simultánea, desde la sociedad para el desarrollo local de Amurrio (Amurrio Bidean), la ADR de Ayala, Behargintza de Orduña y la Agencia de Desarrollo de Llodio. Se trata de programas de acompañamiento para el emprendimiento y el autoempleo destinadas a todos los parados que quieran montar su propia empresa, bien como autónomos o en sociedad. Las empresas que se constituyan deberán estar dadas de alta en el IAE antes del 30 de septiembre. El objetivo es que no haya ninguna iniciativa que no salga adelante por falta de asesoramiento.

¿Cuáles son las oportunidades que brinda esta tierra?

Entre las ventajas que se han detectado se encuentran su ubicación estratégica entre Vitoria y Bilbao, con cercanía a aeropuertos. El alto grado de implicación del sector primario y, en industria, que tenemos grandes empresas tractoras y disponibilidad de polígonos. Tampoco podemos olvidarnos del sector servicios, con un tejido asociativo muy desarrollado y profesional, y con relaciones comerciales basadas en la cercanía, ni del filón turístico que implica nuestro gran patrimonio natural e histórico. En definitiva, que tenemos industria tractora en Llodio y Amurrio, mientas que en las localidades más pequeñas el turismo y la oferta vinculada a la cultura y al ocio pueden ser generadoras de empleo, lo mismo que el sector primario, con importante presencia en la zona. Ya tenemos experiencia en ir todos a una en materia de turismo, con la asociación Aiaratur o el proyecto de la Ruta del Txakoli, ahora tenemos que trasladarlo al ámbito del empleo.

Entonces, ¿cuáles son las debilidades?

Los redactores del plan de empleo comarcal nos han hecho ver que tenemos carencias importantes en infraestructuras de comunicación y que tenemos que resolver las diferencias urbanísticas que existen entre las localidades de la comarca, con una población dispersa y escasa en algunos municipios, que condiciona mucho la rentabilidad de las acciones. También hay un trabajo pendiente a la hora de mejorar la estrategia intersectorial de las empresas tanto industriales como del sector primario, donde tenemos una tendencia decreciente de explotaciones ganaderas. En este sentido, las líneas de trabajo deben ser el fomento del espíritu empresarial, la mejora de la competitividad del tejido económico y empresarial, la mejora de los niveles de cualificación y adaptabilidad profesional y trabajar en la cohesión social con los colectivos más vulnerables, así como el fomento del emprendizaje.

Y en concreto.

Pues en el sector primario sería interesante una mayor profesionalización y apelo desde aquí a que se haga un mayor consumo de productos locales. En industria padecemos una escasa inversión y dificultades para atraer empresas de gran superficie, dada la escasez de suelo; mientras que en pequeñas y medianas empresas comerciales estamos asistiendo a un alto nivel de mortandad. En los últimos años, con la crisis, se ha detectado una demanda decreciente en turismo.

Estas acciones deben culminar para el 30 de septiembre. ¿En qué dirección habrá que encaminar los esfuerzos?

Ya no es por el criterio profesional que nos ha marcado la consultoría que desarrolló este plan, sino un convencimiento personal: tenemos que abandonar los individualismos municipales porque tenemos más oportunidades si remamos juntos que por separado, y todos tenemos muy claro que hay que centrarse en la creación de una marca de comarca. El propio plan ya es un intento para alcanzar este objetivo, porque hemos superado los límites geopolíticos. Por lógica y cercanía geográfica, las localidades alavesas de Ayala, Llodio, Amurrio, Ayala, Artziniega y Okondo nos hemos unido a la vizcaína de Orduña. Además, se trata de un trabajo en el que han participado no sólo los alcaldes de estos seis municipios, sino también los responsables de las asociaciones de comerciantes, agencias de desarrollo, sindicatos agrarios, centros de FP, Lanbide y empresas. Ése es el camino, ir todos a una y dejarnos de individualismos.