ozaeta. El Consistorio de Barrundia ha empezado a trasladar sus oficinas a su nueva sede, ubicada en la casa conocida como Palacio Iduia, a escasa distancia del actual Ayuntamiento, que está al otro lado de la carretera. Hace ya algunos años, en 2004, durante la gestión del anterior equipo de gobierno, dirigido por José Félix Uriarte (PNV), se tomó la decisión de comprar el Palacio Iduia, entonces deshabitado, propiedad de la familia Arrieta, con el objetivo de habilitarlo como nueva ubicación de la casa consistorial de Barrundia. Las razones que motivaron al equipo de gobierno municipal de aquel momento para tomar esa decisión se sustentaban en que el antiguo Ayuntamiento se había quedado pequeño y no cumplía las normas de accesibilidad que, ya para entonces, estaban vigentes.
En efecto, las oficinas de atención al público, así como el salón de plenos y los despachos del alcalde y el secretario se encuentran en la segunda planta del edificio, a la que se accede por una escalera. Por otra parte, se carecía de despachos para todos los técnicos del edificio, que debían establecer turnos para desempeñar su trabajo, lo que se unía a la falta de espacio para archivos y otras necesidades. En esas circunstancias, la instalación de un ascensor, dado el escaso espacio disponible, se hacía difícil y, en todo caso, habría exigido una inversión enorme.
Surgió entonces la oportunidad de compra del Palacio Iduia, a lo que se unía la posibilidad de obtener una ventajosa financiación de la obra, por lo que el equipo de gobierno acordó dar el paso, entablando negociaciones con la familia propietaria y explorando las posibilidades de financiación con la Diputación alavesa. Resultando positivos ambos contactos, se dio inicio a las obras, que se estructuraron en tres fases. La propiedad consistía en el edificio de tres plantas, con 1.200 m2 de superficie útil total, más 3.600 m2 de terreno.
rehabilitación y adaptación La primera fase, hasta el año 2006, consistió en la rehabilitación de la cubierta y la construcción de unos anexos al edificio, donde existía un borde adosado, que albergarían la biblioteca, gimnasio y salas polivalentes. En la segunda fase, los dos años siguientes, se reformaron las estructuras interiores que, en sus tres plantas, eran de madera, lo que al tratarse de un edificio patrimonialmente protegido, era ineludible respetar y así se hizo. Como es lógico, fue preciso remplazar elementos deteriorados por el paso del tiempo, lo cual se realizó con madera de roble. Además, cuando fue necesario instalar algún tipo de refuerzo, se hizo de manera que quedasen ocultos a la vista. También se recuperó y se rehabilitó la tarima, así como unos bancos de piedra en el exterior.
La tercera fase, que comenzó en 2010, ha contemplado la rehabilitación de la entrada, la instalación de los servicios, el traslado a esta nueva sede del centro médico, la instalación en la primera planta de las oficinas de atención al público, el resto de oficinas municipales y el salón de plenos. En la segunda planta van las oficinas técnicas, el juzgado y las salas de los grupos municipales. Los espacios que aún quedan libres podrían ser utilizados por las asociaciones locales y como semillero de empresas.
En cuanto al edificio de la antigua casa consistorial, el actual gobierno municipal, encabezado por Afro Olabe (Bildu), baraja, entre otras opciones, la posibilidad de transformarlo en viviendas sociales. El costo total del proyecto se ha aproximado a los dos millones de euros, de los que unos 450.000 corresponden a la compra del inmueble y los terrenos circundantes. La financiación ha recaído, en su mayor parte, en la Diputación y los Gobiernos Vasco y central. El diseño de la obra ha estado a cargo de los arquitectos vitorianos Mikel Landa y Alazne Otxandiano.
el antiguo edificio El Palacio Iduia es una casa señorial construida a principios del siglo XVII, una época de prosperidad para Ozaeta, debido sobre todo a los recursos que llegaban de América, enviados por hijos de este pueblo que habían emigrado a aquellas tierras, uno de cuyos ejemplos es el de Fray Juan de Luzuriaga, quien residía en México y llegó a ser comisario general de la Orden Franciscana en Nueva España y las Filipinas. Se trata de un edificio aislado de planta cuadrada, rodeado de terreno. Los muros son de mampostería de arenisca. La fachada ostenta dos hermosos escudos de armas, con heráldica similar, en uno de cuyos cuarteles figuran las armas de los Ayala.