donostia. ANtton, Arantxa y Ángel no quieren terminar sus días en un parking para viejos, ni ser una carga para sus hijos y se han decantado a sus sesentaytantos por formar una comuna especial. En algunos lugares lo llaman cohousing o covivienda, un sistema extendido en los países nórdicos donde la gente mayor habita viviendas independientes con servicios compartidos. Un grupo de guipuzcoanos -aunque ya se han mostrado interesados algunos alaveses y vizcaínos- intenta crear así una idílica ciudad de los mayores. "Con Housekide buscamos un modelo residencial alternativo, donde además de beneficiarnos de una buena vida, abramos una vía para resolver el problema de muchos mayores", aclara Ángel Abalde, uno de los promotores.
Arantxa Gurmendi afirma que "todo empezó hace dos años y medio cuando entrados y entradas en años empezamos a hablar de lo bueno que sería tener una vejez en buena compañía. Ahora, tras haber visitado modelos de cohousing en Estocolmo -en los países nórdicos es una fórmula muy desarrollada-, tenemos las ideas muy claras. Comprobamos que los mayores estaban felices porque tenían vida. No estaban aparcados en un sitio, bien atendidos, pero como momias en un rincón. Nuestro modelo prima la opción de estar acompañados, sin estar juntos. Cada uno dispone de su apartamento para hacer su vida, pero si quiere compartir tiene espacios comunes", dice, esbozando el proyecto Housekide.
"Una de las razones que nos llevó a plantear esto es que cada vez hay más necesidad de espacios vivenciales para gente mayor. Nosotros decimos que Housekide es un espacio amable donde la solidaridad se activa de manera natural, no obligatoria. Cada uno tiene su espacio privativo, el piso, y luego comparte lo que quiera en unos servicios comunes donde se colabora y se coopera en un espacio de solidaridad", aclara Ángel, quien sin embargo se queja de que "la trayectoria institucional va justo a la contra". "En vez de ampliar servicios, se reducen o se privatizan. Y por eso se muere una persona mayor y nadie se entera hasta una semana después porque en cualquier ciudad vasca, miles de personas se sienten terriblemente solas", declara Abalde.
Para Antton Elosegi, el objetivo es claro. "Los mayores tenemos que ser capaces de gestionarnos nuestros últimos años y que nadie cargue con nosotros. Cuanto más en colectividad estemos y más activos estemos, viviremos más tiempo y mejor".
una vejez autogestionaria
"Para no dar la vara a los hijos"
"El principio de no dar la vara a los hijos es un criterio casi ideológico. Esa máxima de que los hijos tienen que cuidarnos de mayores, sobre todo si son mujeres, no sé si antes tenía justificación, pero hoy es muy poco razonable. Y no queremos ir a un aparcadero de mayores, a una residencia", especifica Abalde.
Sobre todo tienen una idea fija en la cabeza, la de poder gestionar su propia vejez. "Nosotros solemos decir que somos la generación de jubilados más preparada de la historia y tenemos capacidad para solucionar nuestra propia vida, por eso queremos autogestionarnos como grupo y solucionar los problemas de la vejez. Además viviremos más barato porque las experiencias en cohousing demuestran que la vida resulta más barata", añade Antton,
En su opinión, está comprobado que las residencias no son una buena opción. "Las residencias privadas valen una fortuna, unos 3.000 euros al mes, la fórmula que proponemos, mucho más barata, puede abrir una vía que es necesario explorar", dicen, mientras arriman el hombro y captan adeptos para la causa, unas casas en las que sus inquilinos compartirán mucho más que la simple vecindad.
No viven en un mundo feliz, son conscientes de la realidad. "Está claro que lo nuestro tiene limitaciones en cuanto, por ejemplo, a la atención a una gran dependencia. Pero si actualmente la gente está atendida en su domicilio con ayuda externa, también lo podrá estar en esa comunidad. Nuestra cooperativa no va a poder dar esa ayuda ultraespecializada que necesita un gran dependiente, pero él puede recibir atención por parte de la Administración o por los medios que pueda permitirse pagar. Viviendo en una casa con las medidas de accesibilidad adecuadas y compartiendo su vida con otras personas va a estar mejor que en soledad", clarifica Antton. "Es que si tú concentras a tres o cuatro personas en un lugar con un Alzheimer severo o con una gran dependencia, es más fácil y barato que alguien atienda allí a esas personas. Pero que quede claro que no renunciamos a las ayudas institucionales que nos correspondan, aunque tampoco pedimos nada más", advierte Ángel.
El germen de la idea partió de un grupo de amiguetes que ahora se está ampliando. "Somos gente de varias edades pero oscilamos entre los 55 y los 70 años", explica Arantxa. El modelo de convivencia ideal sería el formado por un grupo de 25 o 30 personas. "De manera que la convivencia no se vea distorsionada por conflictos que pudieran surgir. Y necesitamos un número mediano para que los elementos comunes tengan un sentido operativo para poder instalar una lavandería o una biblioteca", dice Ángel. "Además de razones sociológicas, hay razones prácticas y económicas. Como va a haber bastantes elementos de uso común, cuanta más gente los comparta, más barato resultará su construcción y su mantenimiento", explica Antton.
buscando solar y financiación
"No necesitamos un casoplón"
La intendencia para arrancar con Housekide está resultando ardua. "Estamos buscando un solar, esa es nuestra prioridad. Por eso, todavía no sabemos si el proyecto arquitectónico va a tener más o menos edificabilidad. El problema radica en la falta de terrenos porque no queremos irnos al campo, preferimos estar cerca de los servicios de salud", dice Antton. "No es que queramos vivir en La Concha, hablamos del entorno de Donostialdea para permanecer cerca de nuestra área de influencia y rodeados de nuestra gente. Pero aquí conseguir un terreno es complicadísimo", matiza Ángel.
Arantxa interviene: "Queremos vivir en un lugar donde se puedan aprovechar los servicios públicos y desde donde haya transporte para poder ir al cine, asistir a una fiesta y para que cada uno pueda mantener al máximo su vida social".
Tampoco aspiran a ningún casoplón. "Pensamos en apartamentos pequeños, no necesitamos el tamaño de casa que tenemos ahora", dice Arantxa. "Es que hay gente mayor que está perdida en pisos de 120 metros cuadrados y que tiene una o dos habitaciones que usan tres veces al año. Eso es un despilfarro. Esas casas son caras de mantener. En Housekide contaríamos con habitaciones comunes que irían rotando para que, si quieren venir los hijos vengan, pero de visita", subraya Antton.
Una vez amarrado el terreno, queda pendiente la financiación. "Partimos de nuestro patrimonio, pero para poder financiar el proyecto necesitamos alguien que nos haga de puente porque si no, hasta que no vendas tu piso no puedes cubrir el coste de la otra propiedad y no tenemos edad para volver a hipotecarnos. Lo estamos estudiando con alguna banca ética", dice Angel.
De ahí la fórmula de la cooperativa. "Concebimos esto como una cooperativa en cesión de uso, de manera que cada persona que viva ahí será socio de la cooperativa pero no será dueño privativo de su piso. Cuando abandone la cooperativa, se revierte el capital con la adecuación económica correspondiente pero no puede transmitir el piso a quien quiera. Debe ir destinado a algún socio que esté en lista de espera y que cumpla ciertas condiciones como la de compartir esta filosofía", precisa Antton.
"Sí, que quede claro que éstas no son viviendas para especular, que Housekide tiene un sentido social. Ni tampoco es para resolver los 20 o 25 años que puedan quedarnos de vida porque aspira a algo más", matiza Abalde. "No queremos que empiece y termine con nosotros, queremos crear un proyecto que perdure", argumenta Arantxa.
Antton incide en una de las cuestiones que suscitan más preguntas. "El tema de las grandes dependencias es el asunto que más preocupa. Y dejamos claro que esto no es un geriátrico ni un hospital, que los inquilinos tienen que resolver sus necesidades como si estuvieran fuera, pero en buena compañía", desgrana con ilusión sobre este proyecto de futuro del que se pueden encontrar más referencias en housekideak.wordpress.com