FP, por fin en las empresas
La formación en alternancia mejora la competitividad de empresas y trabajadores gracias a un pionero modelo 'made in Euskadi'
Ha costado su tiempo pero ha merecido la pena. Después de años de andadura en el ámbito de la Formación Profesional, empresas y centros vascos, por fin, hablan el mismo idioma. Una vieja aspiración en la Euskadi más industrial que en su día ya provocó la aparición de programas específicos como Ikas eta Lan y que ahora, al rebufo de la manida formación dual alemana, vuelve a cobrar fuerza como acicate para tratar de incrementar la competitividad de las empresas vascas.
En este contexto nació el pasado curso Hezibi, el nuevo modelo de FP que auspiciaron bajo un sorprendente consenso el Gobierno Vasco, Confebask, los sindicatos y los centros de FP agrupados en Hetel, y cuya primera promoción ya está en marcha. Se trata de 126 estudiantes-trabajadores de los que Álava apenas aporta una simbólica cantidad. Tres jóvenes pertenecen al Instituto Mendizabala y otros tantos a Egibide, el centro surgido de la fusión de las realidades de Jesús Obrero y Diocesanas.
La síntesis del nuevo modelo es clara: formar a los profesionales que el sistema productivo necesita y rescatar a jóvenes parados sin cualificación para dotarles de competencias profesionales acreditadas. Una especie de tutelaje a la cartapara que las empresas del territorio puedan adecuarse a las necesidades del mercado.
apuesta por la alternancia
Una decisión de país
Por este motivo Hezibi incide sobremanera en aspectos clave como la competitividad de las empresas, así como la cualificación y empleabilidad de los futuros trabajadores, especialmente entre los jóvenes. El resultado es un programa que permitirá a cada estudiante obtener un Certificado de Profesionalidad (CP) o de un título de FP en régimen de alternancia con un trabajo real y remunerado en la empresa que tendrá una duración mínima de un año y máxima de dos. Lanbide financiará el coste de la formación correspondiente al CP y Educación se hará cargo del resto.
La vinculación entre los centros y las empresas, por tanto, parece evidente que se estrecha, consolidando una relación que históricamente ha convertido la FP vasca en una marca de país. Al contrario que la formación dual pregonada hasta casi la saciedad por Alemania e incluso en los últimos meses por el Gobierno español, en el caso de la formación en alternancia que ahora procura Euskadi el peso formativo continúa estando en el centro, que es quien supervisa el programa que sigue el alumno en lugar de quedar a expensas de lo que decida la empresa. "En Alemania son las compañías las que contratan y deciden cuál será el aprendizaje del alumno, que previamente se ha tenido que buscar la vida para llegar hasta allí. En Euskadi, en cambio, la cosa no funciona así. Aquí impera la decisión consensuada por el Gobierno, la patronal y los centros de FP sobre los intereses empresariales ", apunta Julen Elgeta, director de Hetel, la Asociación vasca de Centros de Formación Profesional.
Bajo este paraguas, la formación de los alumnos resulta más completa y coordinada, además de lógica, ya que el grueso de las empresas vascas que pueden participar en este programa son pymes y micropymes, incapaces de asumir por sí mismas una formación específica para un puesto determinado, algo que sí es habitual en Alemania.
Este ciclo formativo consta de dos cursos, uno teórico y otro práctico, que nunca puede superar el 75% del tiempo. En esta fase se encuentran precisamente dos alaveses, David Méndez y Joseba Sáez del Burgo, ambos estudiantes de Mendizabala y que desde el pasado mes de noviembre forman parte, nómina incluida, de la plantilla de Talleres Aratz, una empresa de mecanizado, utillaje y maquinaria especializada en la elaboración de piezas para la industria en sectores con altas demandas tecnológicas como el hidroeléctrico o la aeronáutica.
Estos dos jóvenes, cobayas de este singular modelo, forman parte del grupo que estudia Programación de la Producción, un grado de ciclo superior dentro de la familia de Fabricación mecánica del que han sido seleccionados entre nueve estudiantes. Hasta el próximo mes de octubre permanecerán en esta empresa del Polígono de Gamarra, quedando a la espera de ver prorrogado después sus respectivos contratos. "Es la puerta hacia el éxito, el camino correcto hacia la FP del futuro", sostiene Elgeta. Para Puri Beltrán de Heredia, subdirectora en el Instituto Mendizabala, se trata de la "mejor" decisión ejecutada en Euskadi en materia de Formación Profesional, un extremo que hasta la fecha confirman protagonistas como estos dos jóvenes o los propios empresarios.
salario
Por encima del mínimo legal
La puesta en marcha de Hezibi se engloba dentro del III Plan Vasco de Formación Profesional. Para acceder al mismo, el alumnado deberá estar inscrito en Lanbide y tener una edad entre los 16 y 30 años. A partir de ahí desarrollará una labor que estará estrechamente relacionada con el perfil profesional de su ciclo formativo y que estará sujeto a un contrato laboral cuya remuneración siempre estará por encima del mínimo interprofesional. "Es una buena oportunidad para cualquier joven que demande un empleo pero que también busque completar su formación, ya sea a través de títulos de FP de grado medio o superior, o certificados de profesionalidad", concluye Beltrán de Heredia.
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