gRACIAS a las películas de ciencia ficción sabemos que en el futuro habrá materiales tan finos como un folio y resistentes como el hierro, que los parabrisas de los coches parecerán pantallas de ordenador y que los móviles podrán doblarse. Pero lo que no sabíamos es cómo se harían estos objetos. Por lo menos hasta ahora, porque ese material ya existe. Se llama grafeno y los científicos ven en él un componente milagroso.

Los motivos son varios y puede que hasta contradictorios. El grafeno es entre cien y trescientas veces más fuerte que el acero pero, sin embargo, es el material más fino que se conoce al tratarse solo de una capa de átomos colocados de forma hexagonal. Además es transparente, posee propiedades ópticas únicas y no necesita ningún tipo de cableado para funcionar ya que es conductor de electricidad.

Sin embargo, ni siquiera los milagros son perfectos y este posee dos problemas o retos a superar. El primero es su delicadeza. Se trata de un material muy sensible ya que, aunque es difícil que se rompa, se arruga con facilidad. Para solucionarlo la Universidad de Duke, en EEUU, ha desarrollado un método para estirarlo usando gomas de caucho a las que se adhiere el grafeno y hace que recupere su forma original.

El otro problema de este milagro, como suele ocurrir en todos ellos, es su complicada producción. Encontrar grafeno en la tierra no es muy difícil, ya que se trata de un derivado del carbono, sin embargo, sí lo es producirlo a gran escala.

un juego de niños La primera vez que se consiguió producir grafeno fue en el año 2004 con una acción que muchos niños realizan durante sus clases pero que valió un premio Nobel a dos científicos europeos. Si quieren recrear este método, aunque suene a tópico, cojan papel y lápiz. Andre Geim y Konstantin Novoselov, que así se llaman estos dos científicos, escribieron con un lápiz blando sobre un folio y recogieron los diminutos fragmentos que se desprendían de él con una cinta adhesiva. Ahora llega lo complicado, ya que el siguiente paso es disolver la cinta y quedarse con las delgadas capas de átomos que son el grafeno.

Los científicos estudian ahora cómo conseguir que este proceso sea industrial. En la investigación la Comisión Europea ha puesto, esta misma semana, su granito de arena valorado en 1.000 millones de euros, una cantidad que destinada a estudiar el grafeno durante 10 años.

Aunque esta aportación puede parecer elevada, sus recompensas podrían verse multiplicadas por cientos de millones de euros ya que el dominio del grafeno será la clave para que la ciencia ficción se convierta en cine costumbrista.

Uno de los sectores donde el grafeno provocará más avances será en las telecomunicaciones. ¿Se acuerdan de esos móviles gigantescos que todos llevábamos con orgullo en el bolsillo a pesar de que sobresalía la mitad del aparato y que ahora miramos con desprecio? Eso mismo es lo que pensaremos de los smartphones cuando el grafeno entre en acción.

Los expertos anuncian que en el futuro se aglutinarán las distintas pantallas que hoy tenemos en casa (televisión, ordenador, teléfono...) en una sola que tendrá una importante novedad respecto a las actuales: su variación de formas. Gracias a la flexibilidad del grafeno, se podrán crear dispositivos que se estiren para convertirse en una pantalla de televisión y luego se doblen para poder guardarlos en el bolsillo.

Pero sus posibles aplicaciones no se quedan solo ahí. Una de las más interesantes es la utilización de grafeno para crear baterías de nueva generación con una mayor duración pero un menor tiempo de carga. Esta hipótesis ya la han llevado a cabo los investigadores de la Universidad de Northwstern en Chicago (EEUU). El único problema es que estas superbaterías pierden sus nuevas facultades con mucha rapidez y se estudia cómo darles una mayor vida.

costumbres 2.0 Fuera del terreno tecnológico el grafeno también podría tener usos asombrosos. Por ejemplo, con este material se podría crear una hamaca de un metro cuadrado y prácticamente invisible que, con solo 0,77 miligramos de peso, lo equivalente al bigote de gato, sería capaz de soportar a un felino de 4 kilos.

Una hamaca donde podrían tomarse una copa de vodka destilado con membranas basadas en óxido de grafeno. La bebida ya se ha realizado en la Universidad de Manchester (Reino Unido) al descubrir que estas membranas son impermeables a todos los gases y líquidos excepto el agua, por lo que es perfecto para destilar licores como el vodka.

Por ahora sólo es una hipótesis pero podría hacerse realidad dentro de muy poco. El estudio del grafeno avanza a pasos agigantados y ya ha trascendido su ámbito académico para pasar al industrial, algo que normalmente suele tardar el doble. Tanto es así, que se estima que en unos 10 años comencemos ya a tener los primeros dispositivos basados en grafeno. Un proceso que será posible gracias a ayudas como la de la Comisión Europea que hacen que el grafeno sea, por lo menos por ahora, un poco menos de ficción y algo más de ciencia.