llodio. En Euskadi hay 220.000 personas en paro, cerca de 27.000 alavesas, de las que un 45% no percibe prestación por desempleo alguna. Llodio, el municipio más grande de la provincia por detrás de Gasteiz, no es ajeno a esta problemática, sino que la sufre en carnes propias, con 1.523 vecinos y vecinas desempleados, el 17,9% de su población activa, frente a los 1.090 de hace tres años. La comarca de Ayala, a la cual pertenece, tampoco se libra. Son 2.678 las personas acuciadas por el desempleo, 811 de ellas residentes en Amurrio, cuando en los albores de la crisis -allá por 2009- la cifra era de 1.920 parados.

Negocios que cierran, empresas sufriendo impagos desde hace meses, expedientes de regulación de empleo, excedentes de personal que ocasionan trágicos despidos, personas desahuciadas y cada vez una mayor demanda de ayudas por parte de familias a administraciones públicas, e incluso de comida, a las instituciones y organizaciones que se encargan de distribuir los excedentes del Banco de Alimentos, porque no hay forma humana de llegar a fin de mes. Por estos motivos y muchos otros, la población ha comenzado a movilizarse. Llodio acogió el jueves una marcha por el trabajo digno y los derechos sociales -promovida por la mayoría sindical vasca, junto a Stop Desahucios y Aiaraldeko Plataforma- para "reclamar un cambio radical de las políticas públicas" y decir alto y claro que "basta ya de dar dinero a la banca y de enriquecer el bolsillo de ciertos empresarios, que están aprovechando las reformas laborales y de negociación colectiva para despedir a miles de trabajadores, y para imponer, con la amenaza del paro, un empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora".

Desde el sindicato ELA en Llodio, su portavoz Iñigo Egiguren relata la situación del mercado de trabajo en la Comarca de Ayala. "La cosa está muy mal, muy tocada, y salvo empresas químicas -como Megatech en Amurrio, con 400 trabajadores-, todos los sectores se están viendo afectados y el retraso en pago de nóminas es algo generalizado. Incluso empezamos a tener despidos en administraciones públicas, como el caso ocurrido en el Ayuntamiento de Orduña, provocado por la nueva reforma laboral", explica.

sectores coleando No es el único. En el sector de la construcción y el mueble "también se están acogiendo a ella, para aplicar EREs y despidos. Son empresas coleando con impagos de muchos meses y excedentes de personal". En el sector metalúrgico, el de mayor peso en el valle, "las grandes empresas aguantan con expedientes de regulación de empleo, pero -salvo en dos pequeñas empresas de 25 y 15 trabajadores- no se han dado expedientes de extinción. Y menos mal, porque si caen las plantas de Tubacex y Tubos Reunidos, que son las empresas motrices del valle con 1.800 empleados y resultados positivos, esta comarca se hunde", asegura Egiguren, que sí se muestra preocupado por la otra industria estrella del valle: las vidrieras.

"Ahí tenemos Guardian, en pleno auge de beneficios y con un ERE extintivo que afecta a 139 trabajadores de los en torno a 700 que tiene la planta de Llodio. Es inexplicable". Un hecho que ha llevado a un mes de huelga indefinida y a que el comité, respaldado por toda la Corporación municipal, haya dirigido una carta a directores de cajas y bancos pidiéndoles "consideración" ante la ausencia de cobros de las nóminas por esta causa. De esta forma, permitirían "poner los medios necesarios para que los pagos de los créditos contratados con la entidad puedan ser aplazados en la forma que se considere oportuna para llegar a cumplir con el compromiso sin sufrir penalización por ello", señalan. De igual forma, se anuncia la apertura de una cuenta solidaria para ayudar a los trabajadores más necesitados hasta el final del conflicto.

Otro ejemplo de empresa en situación crítica es la de amortiguadores Lipmesa en Areta, que en la actualidad cuenta con 200 empleados. "Se están llevando maquinaria para Barcelona, trabajan para el sector del automóvil que está muy mal". Amurrio Ferrocarriles y Equipos estaría en el lado contrario, "tiene 200 empleados y no está padeciendo la crisis, sorprende que JEZ, del mismo ramo y con 245 trabajadores, sí esté sufriendo un ERE, aunque en este caso creo que el problema es de gestión", apunta Egiguren, que tampoco se olvida de los 26 trabajadores despedidos en la empresa de transportes Tomás Acha. "Este área intenta aguantar, como es el caso de la firma Saratxaga, mediante acuerdos internos con bajas incentivadas para cambiar de sector".

Toda esta situación afecta sobremanera a los pequeños talleres, que "tratan de sobrevivir y si tienen que ampliar la jornada reduciendo sueldos, lo hacen". Los que están realmente "tocados" son los autónomos y el sector hostelero. "Tanto hoteles como bares, restaurantes y tiendas sufren mucho, e intentan capear la crisis como pueden bien mediante impagos de salarios, reduciendo jornadas de contratación de personal y haciendo despidos", sentencia Egiguren.