A lo largo de los tres próximos años el Gobierno Vasco presidido por Iñigo Urkullu tendrá que hacerse cargo de la construcción del hospital de subagudos de Eibar, aunque apenas habrá tenido intervención en un proyecto que los responsables de Osakidetza se han encargado de definir, sacar a licitación y dejar adjudicado a pocas semanas de abandonar sus cargos. El hospital, que se dedicará a la atención de personas con enfermedades crónicas complejas, se levantará sobre un antiguo solar industrial en el que se ha constatado la presencia de sustancias contaminantes y cuya ubicación ha sido cuestionada por la oposición municipal.
Según la resolución de adjudicación firmada la semana pasada por el director general de Osakidetza, Julián Pérez Gil, la construcción del nuevo hospital correrá a cargo de una UTE (Unión Temporal de Empresas) formada por Cycasa, Construcciones ACR y Lurgoien, que ha rebajado el coste de las obras en más de 6 millones de euros. Y es que, aunque el presupuesto de licitación ascendía a 29,4 millones de euros, las empresas que han ganado el concurso se han adjudicado el proyecto por 18,8 millones, cantidad que se acerca a los 23 millones de euros si se le suma el IVA. Esto supone una rebaja de más de 6 millones sobre el precio de licitación y más de 7 respecto del valor estimado del contrato. Las fuentes consultadas por DNA afirman que en la coyuntura económica actual es bastante frecuente que las empresas constructoras rebajen sustancialmente sus presupuestos a la hora de presentarse a un concurso público con el fin de garantizarse la adjudicación. No obstante, en medios técnicos llama la atención que las empresas licitantes hayan podido rebajar los costes de construcción del centro hospitalario a pesar de los problemas que se pueden encontrar durante los movimientos de tierras previos a las obras. Hay que tener en cuenta que la resolución del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco que da luz verde a la construcción del hospital, en un solar con graves problemas de contaminación, exige un plan de excavación y de tratamiento de las aguas subterráneas.
A toda prisa En este sentido, la resolución de la Viceconsejería de Medio Ambiente que faculta a Osakidetza para construir un hospital sin hacer una descontaminación completa del solar destinado a tal fin podría tener una motivación económica, ya que los trabajos de tratamiento de suelos pueden multiplicar por 2 o 3 el coste de un proyecto. La calificación de "suelo alterado" que Medio Ambiente otorgó al terreno donde el Ayuntamiento de Eibar y el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco han decidido levantar el hospital no excluye totalmente una intervención medioambiental, pero evita tener que hacer una costosa descontaminación a pesar de que se ha constatado la presencia en él de metales pesados, cianuros, PCB, PAH y TPH, sustancias todas ellas consideradas dañinas para la salud humana.
Además de la clara intención de abaratar las obras de construcción del centro para enfermos crónicos ahorrando a Osakidetza los costes de descontaminación del terreno, en la decisión de Medio Ambiente sobre el solar de Eibar también ha podido pesar la urgencia del Gobierno Vasco saliente por dejar el proyecto encarrilado en la ubicación y con el diseño decidido por el equipo de Rafael Bengoa. En este sentido, a técnicos especializados en ordenación urbanística les llama la atención que el solar que ocupaba la antigua fábrica de Mendiguren y Zarraua obtuviera una declaración de suelo para uso industrial y que apenas dos años después se presentara una solicitud para modificar el uso que se resuelve rápidamente, lo que permite a Osakidetza licitar el proyecto del nuevo hospital comarcal en esa parcela. Las fuentes consultadas apuntan que el cambio en la declaración de calidad del suelo y la rapidez con que se han resuelto las calificaciones apuntan a una "actuación combinada" entre el Ayuntamiento de Eibar -que adquirió el terreno, lo recalificó y luego lo cedió al Gobierno Vasco- y el Departamento de Sanidad, utilizando a la Viceconsejería de Medio Ambiente como bisagra.
Una vía alternativa Un experto en geotecnología consultado por DNA explicó que el término "suelo alterado" está recogido en la ley 1/2005, donde se cita su definición y su diferenciación respecto del "suelo contaminado", pero apuntó también que, dados los niveles de contaminación detectados en el solar de Eibar, Medio Ambiente nunca habría otorgado la misma calificación si el solicitante hubiera sido un promotor privado o si el destino del terreno fuera residencial. En opinión de este experto, aunque Medio Ambiente reconoce que los contaminantes presentes en el terreno superan los niveles de intervención, "se propone una vía alternativa al saneamiento total que puede ser válida para optimizar costes, pero que nunca se hubiera autorizado si el destino del suelo hubiera sido residencial".
De esta forma la Viceconsejería ha evitado etiquetar el solar como "contaminado" y admite esa "vía alternativa" que consiste en tapar todo el terreno (se excluyen totalmente las zonas verdes) y que ahorrará importantes costes al propietario inicial del solar (el Ayuntamiento de Eibar) y al ente encargado de llevar a cabo el proyecto de construcción del hospital (Osakidetza). Según explica una guía de la sociedad pública Ihobe, la declaración de suelo alterado supone que "es apto para el uso previsto y que se puede tramitar la licencia correspondiente", aunque en algunos casos "podrían solicitarse medidas para garantizar que a largo plazo ese suelo no supondrá un riesgo". Por el contrario, un suelo calificado como contaminado exige la ejecución "de medidas de recuperación necesarias para hacer ese suelo apto para el uso actual y/o proyecto futuro".
Fuentes del sector medioambiental apuntaron que aunque la calificación de "suelo alterado" puede requerir intervenciones técnicas de descontaminación y rehabilitación del terreno en algunos casos tan costosas como las indicadas para un suelo contaminado, en el solar elegido para el hospital de Eibar, la resolución de la Viceconsejería de Medio Ambiente "da a su propietario -que ahora es el Gobierno Vasco- una alternativa que no requiere la movilización total del terreno". Para autorizar la construcción de un centro sanitario exigiendo únicamente un control parcial de las tierras contaminadas, Medio Ambiente parte del supuesto de que todo el solar va a estar cubierto por soleras de hormigón o asfalto. "Se asume -dijeron fuentes del sector medioambiental- que los usuarios de la futura infraestructura no van a estar expuestos al suelo contaminado".
El análisis de riesgos admite que esos contaminantes "solamente entrarían en contacto directo con los trabajadores durante la fase de construcción". Hay que señalar que entre los contaminantes detectados hay productos considerados potencialmente cancerígenos y otros que entran en la categoría de disruptores endocrinos.
Otro aspecto polémico del proyecto sanitario impulsado por el PSE es la repercusión que el movimiento de esas tierras contaminadas tendrá en el río Ego, que linda con el solar.
Los gastos A los expertos consultados también les llama la atención que desde que se hizo pública la intención del Gobierno Vasco presidido por Patxi López de levantar el hospital de subagudos de Eibar en el terreno de la avenida Otaola se diera por hecho que Lakua se haría cargo de los gastos de descontaminación, ya que lo habitual en estos casos es que sea el propietario del terreno quien costee su limpieza. Sin embargo, en este caso existía un acuerdo entre el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Eibar para que fuera el Ejecutivo autónomo el que pagara una descontaminación que ahora esa misma administración dice que no es necesaria.