Vitoria. Son muchos y cada vez más visibles los logros conseguidos en la formación de la población gitana de Álava. Situaciones hasta hace unos años impensables, como que un gitano acceda a la universidad, comienzan a darse con cada vez mayor frecuencia. Son todavía casos puntuales, pero dan cuenta del cambio de mentalidad que empieza a darse en estas familias.
Todavía queda mucho por hacer y así lo revelan las estadísticas, que dejan al descubierto datos difícilmente asumibles, como que ocho de cada diez alumnos gitanos que empiezan la ESO la abandonan antes de terminarla. En Álava la situación no llega a tal extremo, aunque el fracaso escolar sigue siendo muy alto. En ello está la comunidad educativa, que en colaboración con las familias y las instituciones trata de que ninguno quede fuera del sistema.
En la actualidad, el alumnado gitano en Álava asciende a 579, que están distribuidos en 44 centros de Vitoria, Amurrio, Llodio, Labastida, Laguardia, Elciego y Oion. Los principales avances se han dado en la escolarización obligatoria, así como en su apuesta por estudiar en euskera. Así lo revela un informe elaborado por la Fundación Secretariado Gitano (FSG), que insiste en que en este territorio el absentismo es "residual". "Las familias le empiezan a dar valor a la educación, saben que sus hijos tienen que ir a clase y les apoyan para que estudien", explica Nuria de la Cruz, portavoz en Álava de la FSG.
Según este informe, la totalidad de los niños gitanos de entre 6 y 16 años está escolarizado, y además, cada vez hay una mayor conciencia por conocer las dos lenguas oficiales y avanzar así en el camino de la normalización lingüística. En la etapa de Infantil, concretamente, sólo un 7,8% acude a un aula de modelo A, mientras que en Primaria la suma de alumnos que elige un modelo bilingüe, es decir, el B o el D, es ya del 65,5%. En la ESO, por su parte, la demanda en castellano sigue siendo muy mayoritaria.
Otro de los logros alcanzados durante estos últimos años es que los adolescentes comienzan a plantearse su futuro más allá de la enseñanza obligatoria, matriculándose en Bachillerato, que les da vía libre para más adelante poder acceder a estudios superiores, con el fin de lograr una inserción laboral. Es éste, de hecho, el reto en el que siguen trabajando los colectivos dedicados a la inclusión de la comunidad gitana, un esfuerzo que poco a poco empieza a dar sus resultados. Sin ir más lejos, la mitad de los alumnos gitanos de cuarto de Educación Secundaria consiguieron sacarse el Graduado Escolar el curso pasado. "Nuestro reto es que terminen con éxito la ESO para que puedan continuar en etapas superiores", añaden desde la Fundación Secretariado Gitano, que colabora estrechamente con la asociación Gao Lacho Drom para tal fin.
En definitiva, el objetivo es terminar con el abandono prematuro de las aulas y con ciertas costumbres que colocan a los jóvenes gitanos en clara desventaja frente al resto de la población de su misma edad. Aunque la situación en Álava es mejor, lo cierto es que en el resto del Estado el 80% de los alumnos que inicia la ESO no la termina, y entre los que lo hacen, las chicas son una minoría ya que tienen todavía problemas de acceso a la formación. Actualmente, el 90,9% de la población gitana entre 18 y 24 años no estudia ni se forma y abandonó la escuela durante o al final de la etapa obligatoria.