retrasplantado de corazón y campeón de tenis para trasplantados
pamplona. Lo suyo era el fútbol, de hecho le detectaron su grave dolencia cardiaca a los 18 años en unas pruebas a raíz de una lesión. Tras el trasplante, el tenis destronó al balón.
Me fue picando el gusanillo del tenis y al final me apunté a todos los campeonatos y juegos que podía. Tanto es así que he estado en Japón, Australia, Buenos Aires? Eran campeonatos internacionales dirigidos a todo tipo de trasplantados, lo cual tiene más mérito todavía, porque no tiene la misma gravedad ser trasplantado de riñón que de corazón.
De la noche a la mañana, con 18 años, le anuncian una dolencia cardiaca.
Lo primero que me prescribieron fue un tratamiento farmacológico. Pero con el tiempo, el corazón fue a peor, agrandándose más, hasta que detectaron que se llegaba a parar. Entonces en la Clínica me plantearon la colocación de un marcapasos, para que si el corazón se paraba tuviéramos la seguridad de que volvía a funcionar. Me pusieron un marcapasos a la espera del trasplante. Entré entonces en lista de espera, medio año antes de mi primer trasplante.
Así vivió 13 años.
En 2003, el doctor Rábago me diagnosticó una enfermedad en las coronarias y me tuvieron que hacer otro trasplante. El 1 de julio de ese año me hicieron ese segundo trasplante.
Al necesitar un segundo trasplante, ¿se le cayó el mundo encima?
Un poco sí. Era volver a empezar todo el proceso. Pero también es cierto que partía con la ventaja de que la primera vez no lo pasé mal y había tenido una recuperación muy buena. Pensé que si el primero había ido tan bien, por qué el segundo no iba a poder ir igual. Y la verdad es que fue incluso mejor, ya que en 13 años los tratamientos y técnicas quirúrgicas y postoperatorias habían avanzado muchísimo, los fármacos también.
Y siguió unos 6 años con una buena calidad de vida ¿cuál fue el detonante para necesitar otro trasplante?
He vivido con normalidad hasta hace unos dos años y medio. En este momento encontraron en mi corazón algo que no iba bien. Los médicos observaron que había unos anticuerpos en el corazón que no dejaban que funcionara correctamente. Por lo que entendí, hacían que el corazón estuviera demasiado rígido y no pudiera bombear lo suficiente.
¿De qué forma afectaba a su vida cotidiana esta tercera afección?
Me cansaba, se me hinchaban los pies, el abdomen. Sólo podía ir de la cama al sofá y del sofá a la cama.
Y por fin, el pasado 24 de mayo le trasplantaron el que sería su cuarto corazón...
Así fue. Todo ha ido perfecto. Incluso ya he empezado a jugar a pádel. Doy gracias a todos y pido de verdad que todo el mundo sea donante porque la vida es muy bonita como para dejarla irse. Ahora lo que me planteo es disfrutar de mi familia, de mi nietecito, y no dejar nada para el futuro. Y seguiré participando en campeonatos de tenis porque es la forma que tengo de darle gracias a la sociedad por este cuarto corazón.