Vitoria. Partiendo de la premisa de que un pronóstico meteorológico a más de tres días carece de cualquier garantía, los expertos vaticinan que en Euskadi, durante el otoño, el nivel de precipitaciones será el normal para esta época del año. En lo relativo a temperaturas, según explica la directora de Aemet en la CAV, Margarita Martín, hay predicciones que anuncian más calor del habitual y menos, con lo que no se puede aventurar nada, pero lo que realmente importa a los agricultores y ganaderos vascos es la llegada de unas lluvias que durante el verano se han echado mucho de menos. Parece ser que las precipitaciones llegarán, al menos durante la jornada de hoy. Nada que ver, en cualquier caso, con el temporal o gota fría que asola la costa mediterránea desde ayer. "Hoy hasta el mediodía puede llover en la Llanada, pero será una lluvia normal, el grueso de la precipitación va a caer en otras regiones españolas, como Tarragona, Castellón o Valencia", vaticina Martín. La experta advierte, en todo caso, del riesgo de aventurarse a lanzar vaticinios que no vienen respaldados por la ciencia, y que en mucha ocasiones se sacan de contexto.

Para el pasado verano se anunciaron temperaturas más frescas de lo normal en el Cantábrico y más calor del acostumbrado en el resto de la Península. Más o menos se acertó, pero no siempre es así, y además los pronósticos estacionales son vagos, una mera aproximación que sólo se puede convertir en datos concretos cuando prácticamente las nubes se echan encima.

En Álava julio fue un mes fresco, agosto vino más cálido de lo normal, -de hecho se registraron máximas que no recogían los termómetros desde 2003- y septiembre se ha comportado como suele hacerlo habitualmente. "Se dice que el promedio será normal, no que los tres meses vayan a ser normales", advierte la responsable de Aemet en Euskadi, quien asegura que pese al avance de la ciencia, la proliferación de satélites, radares específicos y la necesidad de muchos sectores económicos de adelantarse a la climatología, "hemos avanzado sólo un poquito" en materia de predicción.

"No hay ninguna seguridad más allá de los tres días, que se pueden predecir incluso sin modelos, como lo hacía Mariano Medina en los años cincuenta; ahora se acierta en las primeras 48 horas, al tercer día un poco menos y al cuarto menos todavía", señala.

Martín recuerda que "sobre la economía se puede actuar, pero sobre el tiempo no", y que por mucho que algunos sectores que dependen del cielo exijan predicciones exactas y si puede ser favorables a sus intereses, no se pueden satisfacer sus deseos.

Tiempo de vendimia Las lluvias que caerán hoy al territorio alavés, en todo caso, pueden haber llegado demasiado tarde para muchos cultivos. La uva, por ejemplo, está punto de ser vendimiada de forma masiva en los campos y viñedos de la Cuadrilla de Rioja Alavesa, y la sequía ya ha marcado sus características para este año. De hecho, unas lluvias abundantes a estas alturas podrían ser incluso perjudiciales para el fruto. Los viñedos que no han sido regados han visto mermada la cantidad de uva de sus racimos por la falta de agua, pero sin embargo los frutos vienen más sanos precisamente por el escaso aporte hídrico que este año ha proporcionado el terreno.

Los pastos de los que se alimenta las reses, por su parte, han sido prácticamente calcinados por un mes de agosto extremadamente seco y caluroso, y de hecho los ganaderos han debido echar mano de sus reservas para el invierno, por lo que lo que todo el agua que pueda caer antes de que llegue el frío intenso será bienvenida.

En todo caso, la sequía que vive el conjunto de la comunidad autónoma este año, aun siendo severa, está muy lejos de alcanzar en intensidad a la que se vivió en años como 1989 y 1990. En aquel entonces se llegó a decretar el corte del suministro de agua en las horas de menos utilización de este recurso, y el nivel de los embalses de la cuenca del Zadorra -que suministra a Vitoria y Bilbao- alcanzó el 30% de su capacidad, hasta el punto de dejar al aire los pueblos abandonados cuando se construyeron estas infraestructuras. Las autoridades tuvieron que realizar captaciones de emergencia y los cortes de agua llegaron a prolongarse hasta doce horas diarias.

Desde entonces, y aunque ha habido años más o menos regulares en cuanto a precipitación, no se ha vuelto a vivir una situación tal gravedad.