El otoño llegó ayer a Amurrio de la mano del día del pastor. Y es que esta XIX edición contó con un protagonista no invitado: el viento que, aliado con las hojas de los árboles, supuso un más que pintoresco escenario en una exitosa jornada, en cuanto a público, aunque las féminas ataviadas con faldas tuvieron que echar mano de su ingenio para no dejar a la vista sus intimidades.

Los que no se dejaron amedrentar por Eolo fueron los pastores homenajeados de la jornada. Y es que si hay algo a lo que están acostumbradas las personas que ejercen este oficio es a mantener el tipo en las cumbres, cuidando de su ganado, brille el sol, sople el viento o nieve. Su llegada fue recibida con sonidos de txalaparta y danzas vascas, en torno a las 11.30 horas, y todos fueron obsequiados con txapelas, pañuelos y makilas por la importante labor que han llevado a cabo a lo largo de su vida en esta dura profesión. Se trata de José Ignacio González de Larrea, aunque nacido en Ermua en 1946. "Me hice cargo del rebaño familiar con 13 años, cuando mi hermano se fue a la mili, aunque ya aprovechaba los recreos de la escuela para jugar a ser pastor. Mi rebaño lo constituían piedras blancas que hacían de ovejas, y la más grande era el carnero", recuerda.

Hoy día, ya jubilado, mantiene un pequeño rebaño porque "mi vida es el pastoreo y no concibo un día sin estar con las ovejas", asegura. No en vano, en 1984 ganó el primer concurso de ovino de raza latxa de Oñati, así como cuatro campeonatos de queso de Euskadi, y seis de Álava. En Amurrio resultó ganador en 2005 y 2007, en 2003 quedó segundo en el campeonato de España y ganó en Ordizia en 2001.

Junto a él fue homenajeado Tirso Mendivil de 76 años y de la localidad amurrioarra de Tertanga. Un pastor que ha dedicado su vida al pastoreo y a la oveja latxa. Desde los 9 años ya subía a la Sierra Salvada con las ovejas y desde entonces, a excepción de las grandes nevadas, ha subido a la sierra todos los días de su vida. Al principio tenia una chabola en la sierra y se quedaba a pasar noche allí, pero ahora sube por la mañana, baja a comer y vuelve a subir por la tarde para asegurarse de que el rebaño está en buenas condiciones. Y es que, aún jubilado hace tiempo, sigue vinculado con el trabajo de la tierra que le vio crecer.

Además, Montserrat Mendivil, de Amurrio, y con 58 años, fue la pastora escogida en esta edición para recordar la importante labor de las mujeres en esta ancestral profesión. No en vano, esta pastora natural de Aguiñiga ha pasado toda su vida entre ovejas: "Ya a los seis años ordeñaba el rebaño familiar que pastoreaba en la Sierra Salvada y aprendí a hacer queso. Ahora no concibo otro modo de vida distinto, me encanta", asegura.

Ovejas y quesos Y a donde van los pastores llevan sus ovejas. De hecho, el público pudo disfrutar ayer de 229 ejemplares de ovino de raza latxa (38 menos que en la pasada edición), que conformaron una exposición de las mejores ovejas en control lechero y de latxas de cara rubia y negra, así como el concurso interprovincial de ganado, en el que se dieron cita 20 ganaderos por cada sección de carneros, lote de cinco ovejas, y lote de corderas y un cordero. En el certamen, que repartió 1.620 euros en premios, resultó vencedora de todas las categorías María Ascensión Castresana de Belunza ; aunque la homenajeada de este año, Motserrat Mendivil, se hizo con los segundos premios en carneros y en ovejas. En corderas, el segundo galardón se fue para Zigor Aspiunza de Llodio. Además, las explotaciones alavesas Azkarra y Zabaleta fueron premiadas con 700 euros por tener los mejores rebaños de producción lechera de Álava de ovino de raza latxa de cara negra y rubia, respectivamente. Otros 600 euros fueron para la ganadería Larrabe, por tener el mejor rebaño de producción lechera de Ayala.

Al igual que en las últimas cinco ediciones, el día del pastor de Amurrio contó con un concurso de queso de leche cruda de oveja latxa, al que sólo podían concurrir pastores alaveses propietarios de rebaños con un mínimo de cien reses y quesos con una maduración mínima de dos meses. Dados los requisitos, el certamen congregó sólo a diez participantes, pero el resultado fue altamente satisfactorio. De hecho, los quesos a concurso eran de tal calidad que hicieron sudar tinta al jurado para decidir a quien destinar los galardones.

Al final, los tres mejores quesos resultaron ser el de la quesería Zabaleta de Muniain (200 euros), el de la quesería Azkarra de Galarreta (250 euros) y el de la quesería La Leze de Ilarduia que, además de 300 euros, se llevó un hermoso trofeo que fue entregado por el hijo de la persona a la que esta dedicado este certamen: Ruperto Casanueva. Un hombre que, a pesar de ser natural de la localidad cántabra de Arnuero, dedicó toda su vida a la elaboración de queso, aunque no fue hasta 1966 cuando, acompañado de su mujer Margarita, se estableció en Izarra, donde fue el pionero del queso industrial, dando a conocer la calidad de la leche de oveja latxa en infinidad de lugares y fomentando la cría de muchos rebaños de las sierras de Gorbea, Gibijo y Salvada.

La jornada también contó con 36 puestos de baserritarras y 18 artesanos de toda índole; demostraciones de elaboración de queso y degustaciones de gazta zaharra (queso viejo) y ardiki (chorizo de oveja); así como muestras etnográficas, de maquinaria agrícola y de esquileo tradicional (tijera) y neozelandés (mecanizado).

Tampoco faltó una hilandera que mostró en su stand el ancestral oficio de convertir en madejas con las que elaborar calcetines y jerseys, la lana procedente de las ovejas, en una rueca digna de museo; ni la ya habitual colaboración de la Federación de Sociedades Gastronómicas de Álava Boilur, que preparó una degustación a base de 20 kilos de asadurillas de cordero, que repartió en cerca de 500 raciones. "También estamos preparando las patatas con chorizo que servirán en la comida popular de la tarde", explicó uno de los cocineros de la agrupación.

El ágape al que hacían referencia los de Boilur tuvo lugar a las 15.00 horas en la ermita de San Antón, y reunió a 150 comensales que degustaron, además de patatas con chorizo y queso con membrillo, 18 corderos asados al estilo Burduntzi que, desde las 10.00 horas, habían estado preparando seis mozos de Elorrio de la asociación Lagun Arte. Por la tarde, los actos se trasladaron a una campa cercana a las piscinas municipales, donde se celebró el XV concurso de perros pastor memorial Justo Furundarena.