Laguardia. En las parcelas de menor altitud de Rioja Alavesa se ha comenzado la vendimia de la uva blanca y en algunos casos de negra, aunque será a partir del último fin de semana de este mes cuando la campaña de recogida del fruto se intensifique.
De momento, los viticultores han estado preparando las herramientas para poder trabajar: tractores y demás maquinaria agrícola. Para ello se instaló en un solar municipal de Laguardia, en las afueras de la villa, una estación móvil de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) desplazada específicamente para realizar las revisiones de estos vehículos agrícolas y de los ciclomotores.
A principios del pasado mes de julio el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja hizo públicas las normas de la vendimia. Entre las medidas incluidas destacan las relacionadas con la fijación de los rendimientos máximos de producción. De acuerdo con las circunstancias de esta campaña 2012, que en líneas generales son similares a las del pasado año, el Consejo ha decidido mantener los rendimientos máximos amparables establecidos por el reglamento en 6.500 kilos por hectárea para variedades tintas y en 9.000 para blancas.
Por otra parte, en atención a las condiciones climatológicas que puedan incidir al final del ciclo vegetativo del viñedo, en esta campaña el límite máximo para la entrega en bodega de uva que supere el rendimiento máximo establecido será del 10%, aunque el vino elaborado con dicha uva no será amparado por la denominación y deberá retirarse de las bodegas en el plazo máximo marcado por el reglamento, es decir, el 31 de mayo de 2013.
Los rendimientos máximos de producción autorizados se contabilizan de forma separada e independiente para variedades tintas y blancas, procediéndose a la descalificación total de aquellas parcelas con producciones excesivas.
En este sentido, la inspección de viñedos realizada por el Consejo Regulador durante la campaña tiene como fin detectar dichos excesos de producción y prevenir al viticultor para que los corrija, actuando en consecuencia a la hora de aplicar las técnicas de cultivo más idóneas para alcanzar el objetivo perseguido de optimización de la calidad.
Entre las medidas de control tradicionales, cabe destacar la obligación de pesar todas las uvas producidas previamente a su entrada en bodega, pesaje que permite garantizar el volumen real de cosecha obtenido en la denominación, ya que debe realizarse en presencia de los auxiliares de vendimia que el Consejo Regulador contrata expresamente para controlar cada una de las básculas ubicadas en los centros de elaboración y verificar la calidad de las uvas.
Además, los servicios de inspección del Consejo controlan los traslados de uvas y vigilan las zonas limítrofes de la DOC Rioja, ya que no está permitido introducir uvas de viñedos no inscritos en la denominación.
Respecto a las normas que afectan a las bodegas, tienen que comunicar al Consejo la fecha de inicio de recogida de uvas, así como los puntos o lugares donde ésta se efectúe e incluso el horario de recepción. Una vez finalizada la vendimia, las firmas elaboradoras remitirán al Consejo la relación nominal de los vendedores y datos de cosecha.