Hay recetas fáciles y otras que sólo parecen aptas para cocineros de renombre pero, quien más quien menos, ha procurado en sus pinitos culinarios salir indemne de la faena y, a ser posible, con salud y casa, o al menos, con salud y casa en razonable estado, y con algo digno que llevarse a la boca para matar el hambre. Sin embargo, hay ocasiones en las que los fogones se ponen agresivos y que las cazuelas amenazan con disturbios. Ése, precisamente, parece el caso vivido en un domicilio en la capital alavesa el pasado martes. Eso sí, lo que aconteció ni contó con fogones ni supo de cazuelas. Sólo fue un intento por innovar que consistió en un formato novedoso a la hora de cocinar una buena ración de carne -las fuentes consultadas desconocían la tipología de bistec implicado-. En concreto, la técnica que protagoniza estas líneas se ciñó a exponer directamente el manjar sobre el calor inducido por una vitrocerámica. Las circunstancias y la física quisieron que aquello acabase como todas esas aventuras que no tienen ni pies ni cabeza. Los Bomberos tuvieron que aparecer en la morada afectada ya que una humareda de consideración animó en un momento dado a pedir ayuda para concluir con el menú.

Finalmente, el experimento gastronómico no fue a mayores. Sólo dejó la cocina como sacada de una zona de guerra y la vivienda con un curioso olor a chamusquina. En principio se desconocen daños personales, aunque se cree que la cocina al natural habrá perdido predilección entre los residentes de la vivienda afectada.

Según indicaron a este diario fuentes del Ayuntamiento de Vitoria, todo sucedió pasadas las dos de la tarde del día de autos. Hora de comer. Mientras buena parte de la vecindad se disponía a degustar los platos dispuestos para la ocasión con ánimo de apurar el tiempo antes de la siesta o de ir a trabajar, una llamada avisaba al retén de Bomberos de la capital alavesa. La citada comunicación explicaba que en el número 9 de la avenida de Los Huetos se atisbaba una ventana de la que salía una gran cantidad de humo. Los integrantes del retén desplazados hasta el lugar comprobaron que el humo procedía de la carne que la propietaria estaba asando directamente sobre la placa vitrocerámica, generando, además de humo en la vivienda, suciedad en la placa y comida quemada.

Tres niños atrapados Además de este caso de intervención culinaria, los Bomberos tuvieron que retirar abejas en la localidad de Elorriaga, revisar hidrantes en Navarrete y realizar prácticas con la zodiac del servicio en el pantano de Urrunaga. También intervinieron para rescatar a tres niños que se habían quedado encerrados en el ascensor del edificio número 13 de la plaza de los Naipes. Hacia las siete y media de la tarde recibieron el aviso y una vez en el lugar abrieron la puerta con una llave de triángulo liberando a los pequeños.