Vitoria. Es de todos conocido que los niños, junto con otro colectivo social dotado de peor reputación, siempre dicen la verdad. Y en pleno apogeo de la crisis, los infantes vascos escuchan a sus padres, perciben lo que ocurre en su entorno, asimilan la situación a su manera y plantean propuestas para salir del cráter económico en el que se encuentra atascada la sociedad. Tanto las niñas como los niños subrayan la necesidad de trabajar las políticas de empleo, propuesta que suscribe el 20,2% de los escolares encuestados. Además, subrayan la conveniencia de establecer mecanismos que garanticen la igualdad social y un reparto equitativo de la riqueza. Soluciones que, tal y como reconocen los autores del estudio, elaborado por la Fundación Adecco, "nos han de servir a los mayores para recapacitar".
El estudio se ha llevado a cabo a partir de las respuestas facilitadas por menores de entre 4 y 16 años residentes en la CAV. Cuestionados por la manera de acabar con la crisis, muchos de ellos abogan por una fórmula simple a la par que efectiva: "quitarle el dinero a los ricos para dárselo a los pobres". En la misma línea, plantean "no dar tanto dinero a los políticos y futbolistas porque no se lo merecen tanto como los trabajadores de a pie".
Metidos a economistas, algunos de los pequeños sugieren "quitar los impuestos" o "subir los sueldos". Otros, más reivindicativos, aconsejan "que no existan los presidentes", "que den más ayudas con el dinero público" o, instalados en la utopía, proponen "que los bancos nos saquen de la crisis". Algunos txikis van incluso más allá y echan a volar su imaginación al plantear "que se den 200 euros a cada familia", "coger el dinero de la lotería" o que "el que nos haya metido en la crisis que haga una apuesta para sacarnos".
La prima de riesgo Ellos, al igual que la inmensa mayoría de los adultos, no tienen demasiado claro cómo funciona ni quién tira de los hilos que hacen subir y bajar la tristemente célebre prima de riesgo. De hecho, 7 de cada 10 niños encuestados reconocen no saber qué es ni con qué ámbito está relacionada.
El 14,1% es consciente de que se trata de un fenómeno relacionado con la economía y esta percepción que les ronda la cabeza se traslada a sus respuestas: "algo de la crisis", "el dinero que debe un país" o "la medida de la economía española". El 8,1% admite que, a pesar de no tener ni idea de qué es ni con qué se relaciona, tiene consecuencias negativas. Les provoca "miedo", creen que dará lugar a "muertes por hambre y sed" o sienten "que los gobiernos no hacen nada y eso es malo". Solo un 1% de ellos relaciona la prima de riesgo con el rescate del país.
Los responsables del informe manifiestan haber hallado auténticos expertos en economía que explican con términos financieros muy precisos qué es la prima de riesgo. Algunas respuestas son: "es la fiabilidad ante la economía de un país" o "la deuda externa española". Otros, más acordes con su papel de niños, consideran que el fenómeno es algo así como "quedarte sin trabajo", "600 euros" o "entrar en banca rota (refiriéndose al término bancarrota)".
Por otra parte, los niños vascos ya no ven reflejado en las actividades de sus padres el camino hacia su propio futuro profesional. Tan claro lo tienen que sólo un 7,1% de los encuestados aspira a seguir los pasos laborales de sus progenitores. A pesar de este escaso margen de correspondencia, la cifra se sitúa ligeramente por encima de la media nacional, fijada en el 6,8%.
Este distanciamiento se explica por el entorno de libertad que les rodea. Un factor que hace que los menores gocen de un mayor grado de independencia a la hora de tomar decisiones. Eso sí, los más pequeños de la casa apostarían antes por la profesión de sus padres (6,1%) que por la de la de sus madres (1%). Una decisión que invierte la tendencia según la cual los chicos siempre querían seguir la profesión de sus padres y las chicas la de la madre.
"¿Y cuáles son esas profesiones preferidas por los niños y ejercidas por sus padres? La favorita este año queda repartida entre varias profesiones como camarero, conductor de autobuses, dependiente, educador social, funcionario, ingeniero o mecánico", ilustra el análisis.