Vitoria. El nuncio apostólico de la Santa Sede, monseñor Renzo Fratini, presidió ayer, día grande de La Blanca, dedicado a la patrona, la solemne misa pontifical donde recordó el 150 aniversario de la Diócesis de Vitoria y expresó su deseo de que este aniversario "contribuya a una verdadera renovación espiritual".

La Iglesia de San Miguel acogió este acto celebrado por el representante diplomático de la Santa Sede en España desde 2009, que fue invitado por el obispo de la Diócesis de Vitoria, Miguel Asurmendi.

En su homilía, Fratini defendió que la Iglesia "no es un simple fenómeno humano y social o una estructura al servicio animador de una comunidad de gente", sino que se trata de "un misterio de unidad y comunión".

En este sentido, recordó las palabras del Papa Benedicto XVI en las que afirmaba que la Iglesia "no es una mera estructura o institución sino que se trata de un misterio de unidad, que une las realidades divina y humana".

Finalmente, señaló que la Diócesis de Vitoria celebra este año el 150 aniversario de su creación y expresó su deseo de que este aniversario "contribuya a una verdadera renovación espiritual".

oración de los fieles En la oración de los fieles se pidió por las autoridades que tiene responsabilidades en la ciudad, "para que acierten a conducir al pueblo por los caminos de prosperidad, justicia y paz", así como por "los más débiles por razones familiares, personales, de salud y económicas, para que reciban la ayuda y un servicio generoso por parte de la comunidad cristiana".

La Coral Manuel Iradier fue la encargada de interpretar la Misa en honor de la Virgen Blanca del músico vitoriano Luis Aramburu. Gasteiz vivió ayer la jornada más tradicional de sus fiestas, dedicada a la patrona, con un nutrido programa de actos en honor de la Virgen Blanca. De madrugada, su imagen recorrió las calles del Casco Viejo en un multitudinario Rosario de la Aurora que cada año reúne a miles de fieles.

Posteriormente, recibió las sucesivas ofrendas florales que las cuadrillas de blusas dedican cada 5 de agosto a la Virgen Blanca. Subidos a la escalinata, los representantes de las distintas peñas agasajaron a la santa lanzando vivas y deseando felices fiestas a todos los gasteiztarras.