BILBAO. Esta es una de las conclusiones de un trabajo de investigación coordinado por el sociólogo Jon Leonardo y publicado por la Universidad de Deusto que ha sido presentado hoy en conferencia de prensa en Bilbao.

Bajo el título "Cambio de valores en los inicios del siglo XXI en Euskadi y Navarra", el libro analiza los resultados de la Encuesta Europea de Valores (con datos de 2008) en relación a Euskadi y Nafarroa.

Según ha explicado Leonardo, algunos de los contenidos del libro, principalmente el capítulo referido al trabajo, se han quedado obsoletos, ya que en 2008 aún no se percibía la magnitud de la crisis económica y el desempleo.

Respecto a la familia, se constata que en Euskadi se asiste a una "revolución de roles" que convive con la persistencia de "ciertas querencias y tendencias heredadas".

La profesora Raquel Royo, una de las autoras de este capítulo y también presente en el acto informativo, ha explicado que el modelo familiar "ideal" para los vascos es "simétrico" (padres y madres comparten el trabajo fuera y dentro de casa) y que ocho de cada diez encuestados considera el empleo femenino como "la mayor fuente de independencia".

Estos datos "chocan", según ha añadido, con el hecho constatado en varios estudios de que la mujer, trabaje o no fuera de casa, es la encargada en la mayoría de las ocasiones de las labores domésticas y de los hijos, y con el dato de que cuatro de cada diez vascos estiman que un niño en edad escolar "sufre" si su madre trabaja fuera de casa.

"En el imaginario permanece la idea que une a la mujer con el cuidado de los hijos, una imagen que solo afecta a la madre trabajadora y no al padre trabajador -según ha precisado-, y que explica la experiencia de culpabilidad que viven las mujeres y el hecho de que vean a los hijos como un obstáculo para su trayectoria profesional".

Otros aspectos estudiados indican que en el País Vasco decae "de forma escandalosa", según ha puntualizado Leonardo, la participación ciudadana en los movimiento sociales, así como la importancia que se le da a la religión, una tendencia contraria a la que se produce en Europa.

La obra también contiene un apartado en el que se trata de determinar si los vascos son diferentes al resto de españoles y europeos en relación a los valores y se concluye que, pese a que existen similitudes en la escala de valores, existe "una gran diferencia" en cómo se relacionan esos valores.

Una de las autoras de este capítulo, Arantza Rodríguez, ha relatado que los vascos asocian familia y trabajo, y religión con política, mientras que en el resto de España se asocia familia y política.

En Europa estas correlaciones son "más difusas" ya que sitúan la familia, el trabajo y la política en el mismo plano, lo que se puede explicar, según Rodríguez, con la argumentación de que la democracia "ha penetrado" en la vida cotidiana de las personas, mientras que en España aún no se dado esta circunstancia.