Girona. La Audiencia de Girona condenó ayer a la británica Lianne Smith a 30 años de prisión por dos delitos de asesinato, después de que el jurado popular la considerara culpable de acabar con la vida de sus dos hijos, de cinco años y once meses, en un hotel de Lloret de Mar el 17 de mayo de 2010.

Según refleja la sentencia, a Smith se le ha aplicado el agravante de parentesco y los atenuantes de confesión y alteración mental.

La mujer, que fue juzgada hace dos semanas en la Audiencia de Girona, reconoció en todo momento que había acabado con la vida de sus hijos al asfixiarlos en la habitación del hotel con una bolsa de plástico. Era pareja en el momento de Martin Anthony Smith, con el que había abandonado el Reino Unido en 2007 al estar éste acusado de abusos sexuales.

La sentencia considera probado que Lianne Smith asfixió a sus dos hijos, Rebeca y Daniel Smith, la noche del 17 de mayo de 2010 en la habitación del hotel en el que se hospedaban, aunque también que ésta padecía en ese momento una depresión emocional patológica y un trastorno psicótico no especificado que afectaban "gravemente sus capacidades de entender y/o querer".

Al día siguiente, la mujer se dirigió a la recepción del establecimiento para solicitar la presencia de la policía, tras lo que confesó los hechos.

La condena considera a Lianne Smith culpable de dos delitos de asesinato con alevosía, tal y como propuso durante el juicio la fiscalía.

Aunque Smith se negó a responder a las preguntas del fiscal, la sentencia considera pruebas que acreditan los hechos como las declaraciones que había realizado la británica como las que aparecían en un vídeo grabado por la policía en la habitación del hotel.

La sentencia considera que la edad de las víctimas les impidió defenderse en todo momento y se aplica el agravante de parentesco, una vez confirmado éste mediante pruebas de ADN.

Por lo que se refiere a la alteración mental de Lianne Smith, la sentencia señala que se trata de un atenuante "y no de una eximente incompleta como la representación letrada de la acusada quiso entender torcidamente a la hora de solicitar la pena en la lectura del veredicto".

La sentencia descarta también que, como afirmó Smith, el miedo a que los servicios sociales le quitasen la custodia de sus hijos tras la detención de su marido la obligase a acabar con la vida de ambos.