Vitoria. Permanece en la retina de muchos la imagen de la eurodiputada danesa Hanne Dahl votando en el Parlamento Europeo con su bebé de escasos meses en brazos. Han pasado tres años de aquella instantánea y la Eurocámara sigue sin legislar una fórmula que permita votar a distancia a las parlamentarias que acaban de ser madres. Pero poco a poco las cámaras legislativas están regulando las fórmulas para compatibilizar el ejercicio de la maternidad o paternidad con los cargos de representación política.

Y es que la ausencia de las mujeres de la política tiene muchas explicaciones. No ayuda que los cargos electos, en muchas ocasiones, no pueden abandonar su escaño bajo ninguna circunstancia, ni siquiera el parto, si hay votaciones reñidas. Todo el mundo recuerda el sonado retraso de Jaime Mayor Oreja en la votación de los presupuestos de 2003 del entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe. La ausencia del líder popular, y la baja médica de Arnaldo Otegi por neumonía y de Idoia Mendia por complicaciones en el parto posibilitaron la aprobación por sorpresa de aquellas cuentas. Hasta ese punto es importante un solo voto en momentos cruciales.

El último ejemplo de estos nuevos aires en los hemiciclos políticos se ha registrado esta semana, cuando la diputada gallega del PP Olga Iglesias -en avanzado estado de gestación- ejerció desde el municipio lucense de Triacastela el voto por vía telemática durante un pleno del Congreso de los Diputados.

La reivindicación histórica de promover la participación de la mujer en la política subyace en la cascada de cambios reglamentarios de las cámaras legislativas, tanto a nivel estatal y autonómico como en los territorios vascos. También la Ley de Igualdad, aprobada en 2007, emplaza al Gobierno español a "promover el acuerdo necesario para iniciar un proceso de modificación de la legislación vigente con el fin de posibilitar los permisos de maternidad y paternidad de las personas que ostenten un cargo electo".

Modalidades En el ámbito estatal, las instituciones que optan por utilizar las nuevas tecnologías (cámaras autonómicas de Andalucía, Canarias, Valencia y Extremadura y, más recientemente, el Congreso de los Diputados) conviven con otras que prefieren la delegación de voto en otro cargo electo, caso de los parlamentos vasco, navarro y catalán.

A diferencia del reglamento del Congreso, que permite el voto no presencial también a los diputados aquejados de enfermedades graves, el Parlamento Vasco solo hace excepciones en los casos de maternidad y paternidad, lo mismo que las Juntas Generales de Gipuzkoa. Asimismo la Cámara foral alavesa tiene muy adelantada la reforma de su reglamento, que permitirá el voto delegado para los permisos por maternidad y paternidad. En Bizkaia se prevé la introducción de dicha medida, ya que el PP acaba de solicitar la modificación del reglamento. Consistorios consultados como Bilbao o Iruñea no tienen habilitado, por el momento, ningún tipo de solución si sus concejales no pueden acudir a votar al pleno por enfermedad o maternidad.

Aunque pudiera parecer que la posibilidad de introducir mecanismos para facilitar el voto no presencial es sencilla, todo tiene su complicación. El Congreso ha introducido el voto telemático y descartado la delegación porque la Constitución española establece que el voto de diputados y senadores "es personal e indelegable". Aunque no dice nada de los parlamentarios autonómicos, sobrevuela la duda sobre la constitucionalidad del voto delegado. Sin embargo, el consenso existente entre los diferentes partidos para permitir el voto no presencial de los cargos electos reduce a la mínima expresión el cuestionamiento de las medidas tendentes a la conciliación.

La utilización de las nuevas tecnologías también genera suspicacias, por miedo a que se pueda hackear el voto, pese a que los cantones suizos ya han probado el voto electrónico con todas las garantías, lo mismo que, más cerca, el Athletic para elegir su junta directiva.

Embarazo de la diputada iglesias Las medidas de seguridad del voto telemático habilitado por el Congreso parecen casi inexpugnables. La diputada Olga Iglesias tuvo que acceder mediante su contraseña a la intranet del Congreso, que le autorizó el voto tras comprobar su identidad mediante un certificado de firma digital. Tras la votación, el presidente de la Cámara Baja comprobó telefónicamente con la diputada el sentido del voto. No se admite este sistema ni para votaciones secretas ni para puntos que admitan enmiendas de última hora.

El Parlamento Vasco aprobó la pasada legislatura el voto delegado para las parlamentarias que acaban de ser madres, por un máximo de seis semanas. También introdujo la maternidad y la paternidad como causa de la delegación. En ambos casos, deben delegar su voto en el portavoz de su grupo parlamentario o en otro miembro de la Cámara vasca. El origen de la iniciativa surgió por iniciativa de las propias parlamentarias, que vieron cómo muchas compañeras habían coincidido a la hora de ser madres.

Tradicionalmente hay cierto acuerdo tácito entre las grandes formaciones de la Cámara vasca, para que cuando un parlamentario falta por razones de salud o maternidad el adversario político deja fuera uno de sus representantes y así equilibrar las fuerzas. Pero cuando los partidos barruntan mucho en juego no hay fair play que valga. Eider Mendoza, madre de cuatro criaturas, recuerda que siendo parlamentaria tuvo que seguir acudiendo a los plenos, aunque había salido de cuentas, ante el empate que empantanaba las candidaturas de Juan María Atutxa y Miguel Buen para presidir la Cámara. Más recientemente, ya como vicepresidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, coincidió unas semanas de su baja por maternidad con la presidenta, Lohitzune Txarola, también con permiso porque acababa de ser madre.

La única parlamentaria vasca que ha hecho uso de la delegación de voto desde su aprobación es la socialista Natalia Rojo. Se tomó permiso de maternidad poco antes de nacer su hija y delegó el voto durante seis semanas en José Antonio Pastor. Eso sí, no se quiso perder, pocos días después de dar a luz, la oportunidad de participar en la "histórica" votación que dio a Patxi López la Lehendakaritza. A juicio de la parlamentaria del PSE-EE, "con el tiempo se tenderá al voto telemático, pero por lo pronto la delegación del voto da mucha tranquilidad a las parlamentarias, porque, si no, parece que tienen que pedir permiso para ser madres".