elciego. Una impresionante colección de hinchables, conectados entre ellos y con las formas y colores más variopintos, han transformado una parte de Elciego hasta ayer lunes invitando a vecinos y visitantes a entrar en un insólito y relajante viaje por los sentidos. Porque ésa era la clave, la posibilidad de pasear tranquilamente por los túneles y salas para relajarse. Una oportunidad que fue bien aprovechada, a tenor de las largas filas que hubo para poder acceder al interior del complejo de plástico. Y todo por una buena causa. De hecho, los responsables de la iniciativa decidieron cobrar un precio de dos euros por persona, recaudación que se destinará en exclusiva para el programa Road to awareness de Unicef.

Se trataba de las luminarias de Architects of Air, unas esculturas inflables y monumentales diseñadas para provocar en el público emociones según se pasea descalzo entre ellas. Están diseñadas por el fundador de la citada compañía, Alan Parkinson, que empezó experimentando con esculturas neumáticas en los años de la década de los 80. En la actualidad están hechas de un plástico muy delgado fabricado en exclusiva para este tipo de iniciativas. Se elaboran con cuatro colores y el truco de su diseño radica en la composición, en la manera en la que se juntan los túneles con las salas. Cada luminario está compuesto por veinte elementos que se unen hasta ocupar un área de mil metros cuadrados. A pesar de llegar a tener esas dimensiones son fáciles de colocar y tan sólo con inflarlo adquiere su monumental tamaño. La luminaria que se expuso en Elciego permaneció durante tres días en una explanada muy cerca de la carretera y del hotel Marqués de Riscal. El viernes se pudo entrar en ella de 11.00 a 17.00 horas; el sábado permaneció cerrada al público en general ya que estuvo a disposición de un encuentro empresarial de norteamericanos que se celebró en el hotel, pero el domingo y el lunes estuvo a disposición de cuantas personas se acercaron y tuvieron la paciencia de esperar, ya que sólo se dejaban entrar grupos de 20. Las personas que necesitaron acceder con silla de ruedas lo pudieron hacer sin ningún problema.

Aparte, este fin de semana se celebró la XXI Travesía Sierra Cantabria, organizada por la Cuadrilla de Rioja Alavesa y los clubs de montaña Palomares de Lanciego y Basati de Rioja Alavesa. En esta ocasión fueron 179 los montañeros que hicieron todo el recorrido, completando los 41 kilómetros que separan Labastida de Lanciego, salvando un ascenso acumulado de 2.657 metros.

Para llegar a la meta, los participantes recorrieron la sierra por sus crestas y subieron a todas sus cimas por caminos, senderos y mucha roca. Esta prueba es conocida en el mundo de las marchas de largo recorrido por su especial belleza, su agreste naturaleza y por ser una salvaje experiencia; en boca de muchos de los participantes "la más bella del circuito de marchas de montaña" y en la que destaca la simpatía y buen hacer de los 35 vecinos de Rioja Alavesa que la hacen posible.

La salida se dio a las 7.00 horas en autobuses desde Lanciego a San Ginés, en Labastida. A las 7.45 horas salieron los 179 montañeros con mucha energía y algunos con prisas para llegar los primeros al Toloño. La travesía continuó hasta el puerto de Ribas de Tereso, luego ascenso a Atxabal y Cocinas.