barcelona. La exministra británica de Sanidad Gillian Merron, impulsora de las grandes normas antitabaco bajo el mandato de Tony Blair, cree que las terapias para dejar de fumar dan mejor resultado si se practican en entornos alejados del ambiente médico, y sugiere que España adopte los Stop Smoking británicos.

"El hecho que los fumadores puedan ir a un lugar que no parezca una consulta y les atienda un experto que no tiene por qué ser un médico ni llevar bata blanca les hace sentir mejor, no se sienten estigmatizados", destaca Merron. Tras la prohibición de fumar en espacios públicos del 2007, Merron, en su etapa en la cartera de Sanidad (2009-2010), acabó con la venta de tabaco en máquinas e impulsó políticas de sensibilización a través de campañas de publicidad.

"Por sí sola, la ley de prohibición de fumar en sitios públicos no vale, debe ir acompañada de programas gratuitos para ayudar a dejar de fumar y de campañas", subraya Merron, que esta semana pasada ha visitado Barcelona para participar en las III Jornadas del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Como sucedió en España, la ley antitabaquismo del Reino Unido, pensada inicialmente para proteger a los fumadores pasivos, tuvo una importante influencia en los fumadores, que se animaron a dejar el hábito.

En el primer año de aplicación de la ley antitabaco, 400.000 personas dejaron la adicción en el Reino Unido, un país en el que hay unos 8 millones de fumadores y en el que se producen anualmente unas 80.000 muertes relacionadas con enfermedades vinculadas al tabaquismo.