madrid. La enfermedad celíaca, una intolerancia permanente al gluten del trigo, la cebada, el centeno y, probablemente, la avena, es una patología crónica que implica "una forma de comer diferente" y los que la padecen tienen que soportar el sobrecoste que supone alimentarse "de marca".
Así lo aseguró la doctora María Jesús Pascual, directora de la Unidad Celíaca del Hospital Nisa Pardo de Aravaca, ante la celebración de hoy del Día Mundial del Celíaco. Esta pediatra cree que al referirse a "la celíaca" habría que entrecomillar la palabra "enfermedad" y añadirle siempre la coletilla: "una forma diferente de comer".
En principio, la dieta de los celíacos debería ser muy sana, pues pueden comer prácticamente cualquier alimento natural (carnes, pescados, legumbres, frutas..etc), si bien el problema se plantea cuando se trata de productos elaborados o manufacturados, cada vez más presentes en el menú diario.
Actualmente existen en el mercado unos 12.500 productos aptos para celíacos certificados y poco a poco las empresas se están sumando al carro "sin gluten".
El principal hándicap sigue siendo su elevado precio. La enfermedad celíaca se presenta en individuos genéticamente predispuestos y se caracteriza por una reacción inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de los nutrientes de los alimentos.
Afecta al 1% de la población, aunque se estima que solo uno de cada siete celíacos están diagnosticados, y se puede desarrollar en cualquier etapa de la vida. No obstante, el 42% de los diagnósticos se produce en niños de entre 2 y 6 años, según el registro de nuevos casos de enfermedad celíaca de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.
La doctora Pascual insiste en que a sus pacientes "no les llamo enfermos, son niños que comen diferente, que comen de marca". "Cada vez que diagnostico a un niño, lo que les digo a los padres es que su hijo les va a salir más caro de lo habitual", asegura.
Además, muchas veces por no hacer diferencias o simplemente por comodidad todos los miembros de la familia acaban comiendo lo mismo que el celíaco.
"Cuando se hace pasta sin gluten en casa se hace para todos y este producto es bastante más caro que el que no lo contiene", subraya esta pediatra.
Comer durante un año le cuesta a un celíaco una media de 1.500 euros más que al resto de la población, según datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE).
el doble de caros Paqui Gallego, celíaca desde hace más de tres años, asegura que todos los productos que adquiere sin gluten (desde pasta, pan, galletas o magdalenas) son al menos el doble de caros que los normales, a pesar de que los precios han disminuido un poco debido a la mayor oferta. La otra cara de la moneda es que cada vez es más fácil acceder a productos y menús sin gluten.
La Asociación de Celíacos de Madrid ha desarrollado una aplicación para móviles llamada MobiCeliac XL, que con un solo clic permite al usuario disponer de una guía completa de alimentos para celíacos, así como de una relación de 1.800 hoteles y restaurantes "sin gluten" de toda España, que se actualiza semanalmente. El impulsor de esta útil iniciativa es Jonatán Guibert.