Para 2020, el Gobierno Vasco prevé que las fuentes de energía renovables supongan entre el 14% y el 17% del mix energético de la Comunidad Autónoma Vasca, frente al 8% actual, según explicaron ayer los responsables del Departamento de Industria del Ejecutivo en la presentación, en el Parlamento, de la Estrategia Energética para los próximos diez años. El plan, redactado en 2011, antes del cambio de Gobierno en Madrid y de los últimos y dramáticos frenazos a la economía española decretados desde Alemania, choca con una realidad que los mismos rectores del Ejecutivo de Patxi López admiten y que, principalmente, afectará a ese sector de las renovables, que de ser un floreciente negocio en Euskadi ha pasado a quedar relegado en favor de la energía nuclear o de la búsqueda de gas no convencional.
Y todo porque el Ministerio de Industria decidió acabar con las primas a la fabricación e instalación de aerogeneradores o paneles fotovoltaicos, entre otras tecnologías renovables, lo que ha supuesto un vuelco a la política energética del Estado y por extensión a la vasca.
Cada punto porcentual de aumento de las energías renovables cuesta 1.500 millones de euros si se trata de fuentes solares, y más o menos la mitad en la eólica, aseguró el viceconsejero de Industria, Xabier Garmendia, para poner de manifiesto el "enorme esfuerzo" que implica la apuesta por las fuentes de energía limpias hoy en día. Garmendia, quien aseguró que la biomasa será la fuente con más peso de entre las renovables en el futuro, afirmó que "hoy por hoy los números no dan" para cumplir los planes de transición hacia las renovables y el cierre de las nucleares para 2022 que manejan países como Alemania.
El consejero de Industria, Bernabé Unda, ubicaba por su parte el techo de las renovables en Euskadi en el 17% del mix energético, teniendo en cuenta que el territorio no da para más, y por ello preparaba a los partidos parlamentarios para un escenario más bien pesimista con respecto a estas fuentes de energía, señalando a la sazón que la Estrategia Energética presentada ayer será sometida a una evaluación continua en función de cómo varíen las circunstancias económico jurídicas en estos diez años.
energía y recesión El parlamentario del PP Carlos Olazábal dio algunas pistas sobre cómo pueden ser esas circunstancias. "En 2012 va a haber un cambio sustancial en la política energética del Gobierno de España que va a condicionar todo el marco energético", apuntaba con respecto a un giro que los populares justifican por la "recesión". Olazábal advertía de que la Estrategia Energética del Gobierno Vasco está diseñada para "situaciones normales" y por ello pidió que en la próxima legislatura "se adapte a las modificaciones del marco jurídico y a la situación económica". El nuevo marco jurídico relega a las renovables, y el marco económico llama a no abandonar infraestructuras ya más que amortizadas que siguen produciendo electricidad, como por ejemplo la central nuclear de Garoña.
Desde el PSE, Natalia Rojo lamentó, en ese sentido, que la estrategia energética esté "a expensas de quién gobierna", y aseguró que las renovables "no han tocado techo", mientras que el parlamentario de Aralar Dani Maeztu criticó el documento por entender que "sustituye el petróleo por el gas y da una importancia sólo un poco mayor a las renovables". Maeztu defendió el acercamiento entre el lugar de producción y el de consumo y la creación de microrredes de abastecimiento.
Por su parte, la parlamentaria del PNV Estíbaliz Hernáez deseó que "la paralización de las primas a las renovables sea sólo un impasse", y apostó por forzar la reducción de emisiones en el transporte y la industria, porque "son un problema pero también pueden ser parte de la solución".
La Estrategia Energética presentada ayer prevé la reducción en un 9% del consumo de petróleo -sobre todo aplicando la electricidad al transporte-, alcanzar un ahorro energético tasado en 5.000 millones de euros e invertir más de 10.000 millones en un sector que apuesta decididamente por el gas natural. El Gobierno Vasco quiere pasar del 42% del mix energético que representa hoy día al 50%, y ahí es donde entra el gas no convencional extraído mediante la técnica del fracking. Aunque ayer se pasó de puntillas sobre una cuestión que ha generado mucha polémica en la calle, el director del Ente Vasco de la Energía, José Ignacio Hormaeche, explicó que el Gobierno fomentará el acceso de las empresas vascas a este negocio "para surtir a los pozos que se instalen en la Comunidad Autónoma Vasca y en todo el mundo, porque nadie va a vivir de lo que dé Euskadi como mercado".
Así, la fractura hidráulica se presenta como una de las grandes apuestas del Ejecutivo, que aunque ayer no lo explicitó impulsará la agilización de los trámites administrativos para perforar pozos de exploración mediante esta técnica.
La lectura positiva desde el punto de vista de la sostenibilidad con respecto al nuevo marco jurídico en el que se moverá a corto plazo el sector energético es que, tal y como avanzó el consejero Bernabé Unda, el próximo Plan Territorial Sectorial de la energía eólica será sustancialmente más riguroso que el vigente, ahora que los molinos dejan de ser un ámbito de interés para la industria.
Se cumplirán así -habrá que ver en qué medida- los deseos de las asociaciones conservacionistas que veían con preocupación la proliferación de grandes parques de aerogeneradores en zonas de paso de aves y que se movilizan con frecuencia, principalmente en Álava, desde hace ya años. Eso sí, Unda ya explicó que ayer que los aerogeneradores deben instalarse "donde haya viento", y donde más viento hay es en las crestas de serranías y montañas, las zonas singularmente sensibles desde el punto de vista medioambiental.
El Departamento confía en que la tecnología permita, poco a poco, ir haciendo más productivos tanto los paneles solares como los aerogeneradores, de tal forma que para elevar la producción de energía limpia no sea imprescindible someter al territorio, ya saturado en gran medida, sobre todo en Bizkaia y Gipuzkoa, a más agresiones.