Bilbao. Las energías renovables tienen un potencial "muy significativo" en Euskadi pero su desarrollo se enfrenta a dos "barreras" principales: la descoordinación institucional y la oposición social a instalaciones como los parques eólicos. Ésta es una de las conclusiones del estudio El desarrollo de las energías renovables en la Comunidad Autónoma del País Vasco, elaborado por el Consejo Económico y Social (CES) vasco y presentado ayer, en rueda de prensa celebrada en Bilbao, por su presidente, Juan María Otaegui, y la responsable de estudios de la entidad, Arantza López de Muniain.
Otaegui recalcó que desarrollar las energías renovables tendrá un efecto tractor en la actividad económica y el empleo y que las inversiones previstas hasta 2020 en este ámbito (1.500 millones) podrían generar 8.300 empleos directos, especialmente en el sector eólico, de los cuales 800 serían estables. Según los cálculos del CES, para el año 2050 podrían crearse más de 33.000 puestos de trabajo, de los que 3.000 serían permanentes.
Otaegui explicó que el aprovechamiento de ese potencial debe sustentarse en una primera fase (hasta 2020) en energías renovables "maduras" como las térmicas y la eólica, cuyas instalaciones suscitan rechazo social. Reconoció que la colocación de molinos supone "una agresión a la naturaleza", pero que ésta es "infinitamente menor que el daño que puede suponer el cambio climático", que se vería agravado, señaló, si se mantiene la dependencia de los combustibles fósiles.
El CES apuesta por centrarse en la eólica y las térmicas hasta 2020, al tiempo que se sigue desarrollando la tecnología necesaria para el despliegue de la fotovoltaica y, especialmente, de las marinas: undimotriz (energía de las olas) y eólica marina, todas ellas con tecnologías "aún incipientes", pero que irán ganando peso. La eólica marina consistiría en parques flotantes por la imposibilidad de anclar los molinos al fondo marino debido a la profundidad del agua incluso a poca distancia de la costa vasca. La tecnología para este tipo de infraestructuras aún está por desarrollarse. En el caso de la energía undimotriz, ya hay una instalación en Mutriku, pero acaba de empezar a funcionar y su aportación con relación al conjunto de las renovables es aún escasa. El CES estima que para 2020 el autoabastecimiento se situará entre el 8,3 y 9,7 % y que el verdadero "salto" tendrá lugar en las siguientes décadas, alcanzado para 2050 una tasa de independencia energética del 50 %.