Vitoria. Una hace pastel, el otro elabora queso y aquel vende legumbres, pero su historia vital no es tan distinta. Los agricultores y ganaderos que dieron color y olor ayer a la feria organizada dentro de la jornada Día del Mundo Rural 2012 comparten una misma pasión por el campo, espíritu de sacrificio, preocupación por la crisis económica y ganas de seguir luchando. "En 1992 decidimos apostar por esta forma de vida y trabajamos juntos toda la familia. Es duro, por supuesto, pero nunca nos hemos arrepentido", aseguró Elisabeth Gorrotxategi, desde su aromático puesto de Idiazabal.

La quesería La Leze es fruto de la vocación de su marido. "Trabajaba en la industria, las cosas iban mal y apostamos por esto". Ahora tienen un rebaño de 400 ovejas latxas de cara rubia. Y un queso de pastor muy sabroso. "Lo más importante es estar a gusto con lo que uno hace. Y lo estamos, a pesar del sacrificio que conlleva". El discurso de Bárbara Gastaka es calcado. El pastel vasco de su caserío de Llodio ha sido cuatro veces campeón de Euskadi y con él viaja feria por feria, sin descanso. "Es nuestra única forma de venta", explicó la joven, siempre risueña a pesar de las dificultades actuales. La crisis ha golpeado tan fuerte a esta pequeña empresa familliar que se ha visto obligada a bajar los precios.

Legumbres Sarria, de Adana, todavía no ha llegado a ese extremo. Tal vez porque, como explicó Felisa, la venta de estas delicias "es un entretenimiento, dentro de nuestra profesión de agricultores, aunque al final nos requiere mucha dedicación". De todas las vacas flacas sufridas por esta mujer cien por cien rural, "este bache es el más gordo sin duda". Y lo nota cualquiera que venda producto artesano, como Marimar, de la repostería natural El Sauce. Por eso, no queda otra que trabajar mucho e innovar. "Somos las únicas de Álava que hacemos postres para celíacos".

La diferenciación también es clave en la quesería Uriburu, de Larrea. "Tenemos vacas", apuntilló Eva. Y esa singularidad, que podría parecer un hándicap, ha traído el éxito. Eso sí, con esfuerzo. "Es una forma de vida que hipoteca a toda la familia, pero estamos contentos".