Gernika-Lumo. Con la mirada puesta sobre las víctimas y su ejemplar comportamiento, pero también al abrigo de un futuro mejor conseguido al abrazar un nuevo tiempo sin violencia en Euskadi, Gernika-Lumo emitió ayer un emotivo mensaje pacifista en los actos del 75 aniversario de su bombardeo. La localidad que el 26 de abril de 1937 fue pasto de las llamas tras el aterrador paso de la aviación nazi e italiana, -en apoyo al bando alzado en la Guerra Civil española-, clamó por mantener viva la memoria del ataque aéreo y reconstruir la verdad de aquellos hechos para así cerrar viejas heridas. Lo hizo incluso exigiendo al Gobierno español seguir con el ejemplo alemán de hace 15 años para restituir el honor del pueblo vasco ante la impunidad que envolvió lo ocurrido. La mano gernikarra está tendida.
Una amalgama de actos trató de conmemorar la barbarie cometida hace tres cuartos de siglo, pero todos se convirtieron en un clamor para revivir la memoria y ahondar hacia la cultura de la paz, tanto en el plano local como en el internacional. Tanto que Gernika, una ciudad simbólica como pocas en el panorama internacional, emitió ayer un grito contra las guerras y el terror en el primer aniversario del bombardeo tras el cese de la actividad armada de ETA. Pero si bien la jornada miró al pasado, también sirvió para lanzar un mensaje directo a un Gobierno español al que las formaciones abertzales han insistido durante largos años en la emisión de un gesto de resarcimiento hacia el municipio bombardeado, que no fue el único en Bizkaia. No en vano, junto a la villa otras 37 localidades sufrieron el azote del fuego que caía del cielo en forma de bombas durante la cruenta disputa bélica de la Guerra Civil.
Tras años de intentos, que incluso se remontan a la llegada de la democracia tras los años de plomo del franquismo y sus mentiras acerca de la autoría y la responsabilidad del ataque aéreo, todas las iniciativas políticas han caído en saco roto, ya sea en la cámara de Gasteiz como en Madrid. Tanto con ejecutivos españoles de color socialista como popular. Anteayer tampoco fue posible que en Euskadi fructificara una iniciativa para que el rey reconociera el daño causado el 26 de abril de 1937 en el Parlamento vasco. PSE y PP -cuyos responsables estuvieron presentes en los actos de ayer-, y UPyD votaron en contra.
Por ello, esa histórica reclamación volvió a estar muy presente ayer en unos actos que contaron con la participación de figuras de casi todo el arco político vasco. Lo hizo, por ejemplo, en boca del alcalde de Gernika-Lumo, José María Gorroño. El primer edil insistió en trasladar dos mensajes al Gobierno de Madrid. "Uno, restituir el honor a los vascos diciendo la verdad como lo hizo Alemania hace 15 años". Lo dijo en referencia al histórico perdón germano por carta del presidente Roman Herzog -galardonado ayer con un premio Gernika, al igual que Lokarri y Gernika Gogoratuz- al colectivo de los supervivientes en 1997, aún sabiendo que la cancillería que dirigía no era sucesora del ideario del régimen hitleriano cuyos aviones asolaron la villa junto a los italianos. Y, sin embargo, Gernika-Lumo y Alemania "marchan hoy juntos por la paz", tal y como ayer reconoció su embajador en el Estado, después de que Herzog tendiera su mano a los supervivientes y éstos la aceptaran.
Por último, Gorroño cerró su discurso en la inauguración de la escultura de Néstor Basterretxea Agonía de Fuego, ubicada en la calle Don Tello, con una última reclamación: "Guernica Gernikara".
Por su parte, el lehendakari llamó a que la sociedad vasca que "por fin es plenamente libre", en referencia al cese de la actividad de ETA, y construya de forma conjunta un "muro contra la violencia". Es más, recalcó la necesidad de abrazar esa actitud "como método de convivencia entre países y personas". Lo dijo en Gernika, un pueblo que "ha vencido a su propia tragedia para ser símbolo de paz", incluso convertida en Ciudad de la Paz por la Unesco en 2004 tras varias décadas saliendo al mundo para tejer redes de colaboración contra la sinrazón.
Pero frente a las palabras de tono político estuvo también el aliento de la población en una jornada de emociones. Especialmente impactantes fueron los cuatro minutos de recogimiento que centenares de vecinos protagonizaron en tres puntos del municipio. Fue después de que las sirenas y campanadas de las iglesias que, en el año 1937, anunciaron el desastre que se avecinaba, rompieran la quietud. Fueron unos instantes, sobre las 15.45 horas, en los que la localidad quedó absorta en el recuerdo a los 153 fallecidos del bombardeo que las recientes investigaciones han sacado a la luz.
Posteriormente llegaron más emotivos instantes en el responso por las víctimas en el cementerio de Zallo, con la participación de los más altos representantes políticos vascos. Y, nuevamente, las campanas rompieron el silencio. La jornada se cerró con la representación teatral del bombardeo -Gernika Sutan, Gernika en llamas- y un paseo nocturno a la luz de la velas.
Gernika realizó ayer un llamamiento por la convivencia y contra la violencia. La localidad foral fue un clamor por instaurar la verdad de los hechos y emprender el camino hacia el resarcimiento por el sufrimiento de un pueblo que sobrevivió al trágico 26 de abril de 1937 y que ahora es sinónimo de paz.