vitoria. La primera lección que se pudo extraer ayer de las jornadas sobre el fracking fue que no hay un consenso científico al que agarrarse para decantarse por una u otra postura. Ya en la primera charla celebrada ayer dos expertos discrepaban sobre el papel que jugará el gas pizarra en la lucha contra el cambio climático. John Broderick, representante del Tyndall Centre para la Investigación del cambio Climático de Manchester ponía en duda que el gas encerrado en la roca pueda sustituir al carbón y el petróleo, y por contra afirmó que puede estar llamado más bien a complementar a estas fuentes de energía en sustitución de las energías renovables.

Enfrente, el exsecretario del Departamento de Protección Medioambiental de Pennsylvania, John Hanger, retrataba el gas no convencional como la fuente de energía que ha reducido en 1.000 dólares por familia y año el precio de la factura de la luz, y que ha salvado vidas al evitar emisiones de gases "que enferman y matan a la gente". Para Hanger, esta fuente de energía sí será capaz de sustituir al menos al carbón, y de hecho en estados Unidos ya lo está haciendo, según explicó. Hanger aseguró que desde que se ha generalizado la explotación de yacimientos de gas mediante el fracking las emisiones de gases contaminantes han caído en EEUU a los niveles e 1997.