Dulantzi. Un nuevo reconocimiento para un entorno emblemático. El Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Álava quiere iniciar los trámites, para la consecución por parte de la organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO), de la declaración de la Cuenca del Zadorra como Reserva de la Biosfera.
Algunas opiniones vinculadas a un cierto ecologismo se han mostrado reticentes a esta iniciativa, aduciendo que la Llanada es una de las comarcas más alteradas del territorio alavés. Precisamente es esta característica, la de un río que atraviesa una zona fuertemente humanizada desde antiguo, la que le proporciona su valor determinante a la hora de considerar su posible condición como reserva de la biosfera. Es momento de recordar que el único paraje de la Comunidad Autónoma del País Vasco que ostenta esta distinción, Urdaibai, está rodeado por una población que triplica la de la Llanada, en una superficie mucho más reducida.
El río Zadorra constituye el eje vertebrador de la Llanada. La comarca tiene forma de embudo, con el extremo estrecho al este, en contacto directo con la Sakana, siendo sus paredes las sierras de Aratz-Aizkorri, Urkila y Elgea, por el norte, y las de Entzia, Iturrieta, Azazeta y los Montes de Vitoria por el sur. La boca del embudo está cerrada por las sierras de Arrato-Badaia, por lo que el río Zadorra, que desde su nacimiento ha mantenido un curso este-oeste, describe un giro para trazar una trayectoria norte-sur, formando así la cuenca de Vitoria.
Si nos atenemos a la norma hidrográfica por la que el nacimiento de un río se considera el manantial de su ramal o afluente que fluye a mayor altitud, el Zadorra nace en la sierra de Entzia, en el término de Munain, municipio de San Millán-Donemiliaga, en una cota de 955 metros, en la zona conocida como Los Corrales. Existe allí una especie de caseta y una pasarela para cruzar el manantial. Hasta ese punto llega una tubería procedente de la llamada Presa de los Alemanes, en Iturbaz, donde se estuvo buscando petróleo hace unas décadas. Este primer tramo del Zadorra discurre por el magnífico robledal de Munain y Okariz, con ejemplares de hasta cinco siglos de edad, que forma parte del LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) de Entzia. En Munain las aguas de nuestro río tienen ya la suficiente fuerza para mover las ruedas de un molino, el primero de los muchos de su cauce.
La madura El Zadorra avanza ahora entre campos de labor en dirección noroeste, recibiendo las aguas de la erreka Karizaita, para entrar en el término municipal de Agurain y girar hacia el oeste, donde es cruzado por la autovía N-I y la vía del tren, tras lo cual confluye con él la erreka Etxabe o Zaraeta. El Zadorra entra en la villa de Salvatierra por el barrio de la Magdalena, donde un puente debe salvarlo para permitir el paso de la calzada que bajaba del paso de Sandrati-San Adrián, donde aún permanecen el crucero de Bentaberri y el Hospital de Peregrinos de San Lázaro y la Magdalena, que da nombre al barrio. Junto a él se encuentra La Madura, nombre que significa soto, Padura o Fadura en euskera, que son los bosques de la ribera de los ríos, que en la Llanada están formados mayoritariamente por alisos.
Agurain fue el punto negro del río en lo que se refiere a contaminación, sobre todo cuando estaba en funcionamiento la fábrica de curtidos, pero en la actualidad la situación ha cambiado, ya que además de haberse reducido considerablemente los vertidos, funciona una depuradora. Las aguas de todas las errekas que descienden de la sierra confluyen en el río Santa Bárbara, que desagua en el Zadorra a la altura del barrio de San Jorge.
Ahora el río toma rumbo norte, pasando junto al caserío de Ula, que aún conserva en su estructura los muros de la antigua iglesia que fuera parroquia de la desaparecida aldea de ese nombre.
Nuevo giro al oeste, en término de Zuazo, otra vez en el municipio de San Millán-Donemiliaga, cuando el Zadorra recibe por su derecha el primer afluente que le trae agua de las sierras del norte. Se trata del río de Luzuriaga, también llamado Salbide. El río cruza ahora por término del despoblado de Kirku, donde había otro molino, no sin antes recibir las aguas del río del Alivio por el sur. Al entrar en el municipio de Barrundia desembocan en él el río de los Apóstoles y la erreka Ilera, que viene del monte Udala, donde existe un importante quejigal. Aquí el río, pese a cruzar un paisaje altamente humanizado de tierras de cultivo, conserva una rica vegetación en sus márgenes, así como una notable fauna.
Pasa ahora el Zadorra al norte de Dallo, donde hubo otro molino, para llegar a Audikana. Aquí, allá por el siglo XVII, se realizó un canal para llevar el agua a un molino, de manera que más adelante, por razones que ahora se desconocen, se desvió el cauce del río por ese canal, dejando en seco dos puentes, uno del siglo XIV de dos ojos y otro del XVII con cinco ojos. Estos puentes han sido recientemente puestos en valor por la Cuadrilla de Salvatierra, debido a la restauración del Camino Real de las Postas al Reino de Francia, que, procedente de Luzuriaga y Heredia, pasa por aquí.
Aguas embalsadas Tras sobrepasar Audikana, el Zadorra llega al despoblado de Marantxona, junto al que recibe, por el sur, las aguas del río llamado Itxa. Este punto se acerca al término de Gebara. Aquí el Zadorra y el Camino de las Postas discurren paralelos, sin embargo el río virará enseguida hacia el norte, mientras que el Camino de las Postas seguirá hacia el oeste, hacia Mendixur y Vitoria. El río bordea las casas de Gebara, para entrar en una profunda y estrecha hondonada, entre el monte Santa Lucía y el Alto de Maturana, tras la cual recibe su aporte acuífero más importante el río Barrundia, por cuyo cauce circulan todas las aguas de la sierra de Elgea.
Enseguida el Zadorra entra en el pantano de Ullibarri-Gamboa, por el lugar donde se sitúa la presa, construida en los años cincuenta del siglo pasado, donde sus aguas se embalsan. Bajo ellas quedaron sumergidos algunos de los pueblos del municipio de Gamboa, que fue disuelto, como por ejemplo Mendizabal y Zuazo de Gamboa, mientras que otros, caso de Azua, Garaio, Larrinzar y Orenin, resultaban deshabitados.
En la actualidad, el pantano constituye una importante área natural, no sólo desde el punto de vista recreativo, con el parque de Garaio -punto clave para los veranos alaveses- y la vía verde que lo rodea casi totalmente, sino también desde el medioambiental, con enclaves como el Parque Ornitológico de Mendixur, catalogado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).