laguardia. Bodegas Ostatu, ubicada en Samaniego, es una de las empresas que ha apostado por una producción respetuosa con el medio ambiente. Si bien es cierto que los procesos productivos de una bodega no pueden equipararse a los de la industria, también lo es que no por ello este tipo de empresa está exenta de interactuar con el ecosistema. Aunque muchos productores vitivinícolas mantienen formas de trabajo tradicionales, el uso de maquinaria y carburantes, los abonos, el transporte, la propia fermentación o el embotellado y embalaje emiten una serie de gases a la atmósfera, los denominados Gases de Efecto Invernadero (GEI), que contribuyen con los factores desencadenantes del cambio climático.

Siendo consciente de ello, la familia Sáenz de Samaniego Berganzo, propietaria de la firma, ha decidido someter toda su actividad a un estudio de cálculo de huella de carbono, comprometiéndose, a su vez, a reducir y compensar sus emisiones de CO2 acogiéndose a proyectos avalados por la ONU, por la UNFCCC y registrados con Gold Standard. Todo ello gestionado por Access2 Carbon Markets.

Con una huella de carbono entre 677 y 738 gramos de CO2 por botella -por debajo de las medias derivadas de diversos estudios en distintas zonas del mundo-, Bodegas Ostatu plantea a lo largo de 2012 cambios en su producción y gestión para reducir el impacto medioambiental. Dentro de estas medidas se encuentran ajustes en el diseño (reducción de formatos, unificación de las cajas de vino o la utilización de materiales más sostenibles en el etiquetado y embalaje), sustitución del gasoil por biomasa o la utilización de botellas de menor peso, así cómo seguir incidiendo en una viticultura orientada a preservar y respectar el medio natural en el que se ubican.

Ostatu es una bodega familiar dedicada a la elaboración de vinos de calidad reconocida a partir de sus propios viñedos, siendo éstos su mayor patrimonio. Junto a sus vinos, constituyen la forma de vida de varias generaciones de la familia.

La bodega se ha construido alrededor de la casa familiar, un edificio señorial del siglo XVIII ubicada en la localidad de Samaniego, Rioja Alavesa, a los pies de la Sierra de Cantabria.