Vitoria. El recurso presentado por la Asociación de Jefes de Policía Local de Euskadi (AJEP-LE-EUBE) se basó, entre otros argumentos, en que el candidato incumplía los requisitos exigibles al cargo. Pérez Toledo (Erandio, 1957) advierte de que su colectivo pretende que se siga el modelo europeo en el nombramiento de los máximos responsables policiales para que ocupe el cargo quien mayor cualificación acredite.

¿Cómo cree que habrán tomado en Vitoria que cuestionen el nombramiento del nuevo comisario-jefe de la Policía Local?

No tenemos nada contra Vitoria. No conocemos ni a Javier Maroto ni a José Carlos García Marcos. En los 25 años de vida de AJEPLE, no habíamos interpuesto nunca un solo recurso, pero este caso es el más flagrante que hemos conocido.

Pero los anteriores jefes también fueron nombrados en comisión de servicio.

Estamos un poco hartos de que los alcaldes hagan nombramientos saltándose a la torera las leyes. Desde que se marchó del puesto Alfredo Piris, la Policía Local de Vitoria está sin la plaza de jefe en propiedad. Pero ahora tampoco hubiéramos hecho nada si el elegido hubiera sido una persona con mayor grado profesional. Sus antecesores -Luis Cid y José Antonio Vicho-, nombrados de una forma similar, por lo menos eran subcomisarios. Entendemos, no obstante, que lo ideal es ofertar el puesto a quien cumpla los requisitos y, tras un concurso de méritos, elegir al mejor y otorgarle la plaza en propiedad.

¿No está preparado el nuevo comisario-jefe para el cargo?

Decimos que esta decisión del Ayuntamiento de Vitoria va contra la carrera policial. La gente debe ascender por méritos. En este caso no se han respetado los principios de igualdad, mérito y capacidad. Lo que pretendemos con este recurso es dignificar la profesión.

Ha opinado de las decisiones de los alcaldes. Los políticos también juzgan a los policías. En Vitoria, a finales de noviembre, la detención de un hombre en un sorteo de Viviendas de Protección Oficial unió a los grupos municipales gasteiztarras para criticar la intervención.

Vi el vídeo en el que los policías locales reducían a una persona. Fue una intervención de contención normal. Parece que hoy en día criticar una actuación policial genera apoyos en la ciudadanía. Eso es lo más fácil. Hay que entender que, a veces, cuando es necesario, la Policía tiene que hacer un uso proporcional de la fuerza.

Las imágenes de policías actuando son constantes en Internet.

Mucha culpa de la reacción contra nosotros es de las redes sociales. Alimentan la crítica con las grabaciones que exhiben, a menudo sesgadas. La gente las observa, les dan presunción de veracidad y hacen su juicio sin valorar nada más que esas imágenes. Ante una denuncia judicial nos podemos defender, pero cuando aparecemos en los vídeos no podemos contar lo que realmente ha pasado porque hay datos que no puedes facilitar.

A los agentes pocos dicen quererlos. Se oyen más críticas hacia ellos que alabanzas.

Es difícil recibir elogios cuando utilizamos la grúa o ponemos una multa. Esos que nos critican también nos llaman cuando tienen problemas. Los gobiernos municipales suelen encargar sondeos de satisfacción y siempre solemos salir muy bien parados. Nos vamos a casa a veces deprimidos por las críticas, pero nos consuelan esas encuestas.

En otro tiempo eran conocidas las campañas de imagen de la Policía. ¿Vuelven a ser necesarias?

Ésta es una reivindicación constante de AJEPLE. Ya a los anteriores responsables policiales del Gobierno Vasco, Javier Balza y Mikel Legarda, les pedimos una potenciación de la imagen de las policías locales. Y también del papel de la mujer policía.

Las críticas de la ciudadanía hacia los policías son dobles, pues también son funcionarios.

Cada Ayuntamiento ha tomado medidas económicas diferentes. Nos afectan los recortes como a los demás trabajadores. Sí creo que nuestro trabajo está infravalorado.

Los recortes también llegan del Gobierno Vasco. Ahora parece que les cobrarán por la formación de los agentes en la Academia de Policía del País Vasco de Arkaute.

Cuando nos enteramos de que iban a cobrar a los Ayuntamientos por los cursos de formación, entendimos que la medida era discriminatoria hacia las policías locales. Tenemos constancia de que el Gobierno Vasco va a asumir finalmente estos gastos. El gabinete de Patxi López lleva ya unos años gobernando, pero Arkaute se halla en estos momentos todavía en plena transformación. Hasta ahora la oferta formativa que nos han hecho es prácticamente nula. Lo hemos criticado enérgicamente.

Arkaute es la academia de todas las policías de Euskadi, pero no hay profesores de la Policía Local.

Esto, seguramente, va a cambiar en breve. Ya hay agentes de la Policía Local en cursos para mandos y los habrá en breve para los agentes de las nuevas promociones de cada Ayuntamiento.

La situación política actual de Euskadi también les afecta.

Supongo que la tregua de ETA hará que haya más ertzainas en las calles. Ahora, todavía se nos ve más a nosotros.

Y Bildu, ¿ha cambiado la forma de la organización policial de los ayuntamientos?

Para empezar, en muchos lugares de Gipuzkoa la palabra policía asusta. Utilizan el término de Guardia Urbana. Incluso algunos ayuntamientos han tenido problemas para cubrir las plazas de agentes. Con la llegada de Bildu a las corporaciones municipales, sobre todo en Gipuzkoa, estamos a la expectativa. Se atisba una reconversión. Ellos hablan de desmilitarizar las policías y quieren empezar por quitar el arma. Si un día tenemos que defender a un ciudadano, la ley nos obliga a actuar. Somos un cuerpo armado. No vamos a ir con un tiragomas.

¿Es difícil convivir con los cambios de jefes políticos tras las elecciones municipales?

El jefe de la Policía Local debe saber adaptarse a los cambios, maniobrar y reorientar el rumbo. Se lo dice un Capitán de la Marina Mercante. Tenemos que adaptarnos, porque, si no, te hacen picadillo. Somos funcionarios en contacto con los políticos; tenemos que amoldar sus ideas a la legalidad y llevar sus programas a las tareas diarias de los agentes. Da pereza cuando se produce un cambio, pero es lo que nos toca. A veces, sí es cierto que tenemos problemas con los políticos; ellos no son profesionales de la Policía y tú ves una necesidad y ellos, a lo mejor, no. Cuando más recomendaciones nos hacen es cuando se acercan las elecciones y ése suele ser el momento en que nos dicen, por ejemplo, que levantemos el pie a la hora de poner multas.