Vitoria. El experimento no ha funcionado. La comisaría de la Policía Local instalada en el corazón del Casco Viejo durante el Gobierno socialista no ha cubierto ni de lejos las expectativas creadas y echa definitivamente la persiana este lunes. El domingo, por tanto será el último día en el que los agentes harán uso de esta moderna aunque pequeña infraestructura ubicada en la calle Fray Zacarías.
Según informaron fuentes municipales, el grado de utilización de las oficinas de la Policía Local en el Casco Viejo no ha alcanzado los mínimos inicialmente planteados, por lo que no quedará más remedio que clausurarlas. Ya se había recortado su actividad, manteniéndose cerradas durante los fines de semana a lo largo de los últimos meses, pero en esta ocasión la decisión de poner punto final a su recorrido es definitiva e irrevocable. Cuestionados sobre el futuro inmediato del inmueble, las mismas fuentes indicaron que no hay planes cerrados a este respecto por el momento.
El "fracaso" sin paliativos de la iniciativa alumbrada durante la pasada legislatura se sostiene sobre cifras. Desde el uno de enero hasta el 15 de diciembre de 2011, estas instalaciones recogieron un total de 574 denuncias, lo cual, echando mano de la calculadora, quiere decir que la media no alcanza ni a una denuncia por cada turno y día. Por las mañanas, la media de denuncias tramitadas en las dependencias de Fray Zacarías -su principal misión- fue de 17 por mes, mientras que por la tarde la actividad se animaba algo más hasta alcanzar las 25 denuncias mensuales. Los responsables del gabinete Maroto, siguiendo con la línea de austeridad que tratan de imponer en todos los departamentos municipales, han echado cuentas y han concluido que cada denuncia gestionada en la comisaría del Casco Viejo le cuesta a las arcas locales la nada desdeñable cifra de 370 euros en gastos de personal. Un despilfarro que no están dispuestos a tolerar durante más tiempo y que obliga al cese total de las instalaciones.
Aviso de cierre Así las cosas, la Policía Local de Vitoria habrá de conformarse con tener como única sede física la comisaría de Aguirrelanda, una infraestructura que los sindicatos han calificado de insuficiente en diversas ocasiones pero que, ante el panorama generalizado de crisis, deberá bastar por el momento. Los planes de expandirse por el sur de la ciudad, concretamente por la zona de Zabalgana, propuestos hace algunos meses por los representantes laborales de la plantilla, no parecen haber sido tenidos en cuenta por los gestores municipales, quienes quieren hacer primar el ahorro, al menos hasta que se dé un cambio de rumbo económico que permita afrontar expansiones.
El futuro de la comisaría del Casco Viejo ya se encontraba en la cuerda floja desde el desembarco del PP en el Consistorio. A finales de agosto, en una entrevista concedida a este periódico, la concejal de Seguridad Ciudadana, Marian Castellanos, señaló su intención de "dar una vuelta" a las instalaciones. "No sé si para cerrarla o para mejorarla y dotarla de más recursos", explicó entonces. Los números, tajantes, han inclinado la balanza del lado de la clausura.