Vitoria. Álava no quiere seguir viviendo bajo amenaza. Los integrantes de la plataforma ciudadana Araba sin Garoña volvieron ayer a exigir la clausura definitiva de una central nuclear enclavada a tan sólo 60 kilómetros de Vitoria, que ya ha cubierto su ciclo vital y que, según recuerdan sus portavoces, representa un riesgo innecesario. El colectivo interpreta que los anuncios realizados por el ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, en el sentido de que el mantenimiento de la planta contribuirá a rebajar el recibo de la luz no se corresponden con la realidad . Aseguran que España exporta anualmente el doble de la producción que genera Garoña y que el Gobierno únicamente persigue primar a las empresas eléctricas. Por ello, llaman a los alaveses a concentrarse este sábado a las 12.30 frente a la Diputación. "Estamos hartos de los guiños a la galería, queremos que pasen de las palabras a los hechos", declaró Alberto Frías, portavoz de la plataforma en respuesta a las palabras de rechazo a la prórroga pronunciadas esta semana por el diputado general de Álava, el popular Javier de Andrés.
Esta convocatoria para una nueva protesta en contra de la central ubicada en el burgalés municipo del Valle de Tobalina llega en la misma semana en la que el diputado general de Álava hizo la primera alusión que se le recuerda a favor, con matices, de la conclusión de la vida útil de la planta atómica más vieja del Estado, y una de las que más problemas ha dado en los últimos años. En concreto, el dirigente popular Javier de Andrés quiso el pasado miércoles seguir la estela del alcalde vitoriano, su correligionario Javier Maroto. El mandatario introdujo nuevos elementos sobre su postura en torno a la prórroga del funcionamiento de Garoña, saliéndose parcialmente de la línea marcada por el PP, que ya ha confirmado su polémica apuesta por alargar la vida útil de una central conocida como la de las mil grietas.
Tras meses moviéndose en aguas pantanosas y soportando las críticas por su indefinición ante este tema, con una opinión pública alavesa histórica y clamorosamente contraria al mantenimiento de la vetusta central, el máximo representante del territorio reconoció ayer que es "un error" prolongar la vida útil del complejo eléctrico hasta 2019.
De Andrés justificó su posición en la edad de la planta nuclear. No hay que olvidar que la infraestructura burgalesa es de primera generación y su vida útil, fechada en 40 años, ya ha sido superada con creces. El anterior Gobierno de Zapatero decidió seguir de forma parcial el informe del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), que permitía la extensión del funcionamiento de Garoña, pero prorrogando la licencia de Nuclenor únicamente hasta 2013 y avanzando su posterior clausura. El nuevo Gobierno, sin embargo, claramente pronuclear, ha revocado esta limitación y aboga por mantener la actividad de Garoña hasta 2019. José Manuel Soria, dejó entrever lo que podría ser la nueva fecha de prolongación del funcionamiento de Garoña y explicó que la necesidad de amortizar la energía es la razón por la que, de acuerdo con las empresas que están explotando esos reactores, "se puede ampliar el periodo de explotación hasta que así lo determine el CSN", y siempre que lo soliciten las eléctricas que las gestionan.