"El documento es un gran desconocido", reivindica Ferrándiz, exprofesor de la Universidad de Deusto, para quien la polémica sobre los restos de Franco -el informe pide sacarlos del valle- ha ocultado otros muchos aspectos del trabajo realizado.
¿Les costó llegar a un consenso sobre el documento?
El proceso para llegar al texto final ha sido muy complejo. De hecho, al leerlo, parece muy denso y se nota que hay muchas manos encima de otras. Porque hay bastante trabajo de investigación detrás, mucha reflexión y debate... No ha sido sencillo.
Al final, han llegado a un grado de acuerdo nada desdeñable.
Es inaudito que se haya llegado a una unanimidad en todo el documento, que son 31 páginas, excepto en un párrafo. No es un punto trivial, ni mucho menos, porque habla de la conveniencia de exhumar a Franco para sacarlo de allí. Es un aspecto fundamental, es cierto, pero salvo ese punto todo se ha asumido por unanimidad. Esto no se ha destacado lo suficiente en esa primera ola de reacciones, que se han centrado en lo referente a los restos del dictador.
Usted ha dicho del Valle de los Caídos que es "la última frontera del desaprendizaje" del franquismo. ¿Por ello resulta tan discutido?
Un monumento como el Valle de los Caídos, por sus características y por el cementerio tan enorme que guarda, conlleva un análisis complejo. Nosotros hacemos una propuesta para resignificar el lugar de la forma más radical que hemos podido. Había gente con muchas sensibilidades distintas. Consultaron con distintos grupos parlamentarios para elegir a los miembros de la comisión. Había un recorrido ideológico difícil de sortear, por las diferencias que podía haber en el seno del grupo. Pero se ha hecho un trabajo bueno, porque no se ha pensado en mañana o en pasado mañana. Hemos trabajado con las luces largas. Lo que pone en marcha este informe es un proceso de reflexión -que puede durar entre diez y quince años- sobre un monumento insólito, en el cuál está enterrado un dictador y el fundador de Falange Española, presidiendo una basílica y rodeados de 34.000 cuerpos. Esto no tiene parangón en ningún otro lugar del mundo.
En las consideraciones del informe se aboga por un gran consenso social y parlamentario para poner en marcha esa transformación. ¿No temen el bloqueo de quienes prefieren dejar las cosas tal y como están?
Yo no lo sé. Las indicaciones que ha dado el PP es que no va a tenerlo en cuenta. Al realizar el informe, éramos conscientes de que el tiempo político era muy malo. De hecho, paramos el informe porque vinieron las elecciones. Queríamos que no entrara en el debate electoral, porque se hubiera quemado el informe rapidísimamente.
¿Pero esperan que la respuesta del nuevo gobierno sea positiva?
Ten en cuenta que ha habido gente de la sensibilidad cercana a la derecha española que ha participado en la comisión y que ha firmado el 99,9% de informe. Excepto el tema de Franco, todo lo demás a todo el mundo le ha parecido un anacronismo incómodo y, en algunos casos, hiriente. Una tarea pendiente.
¿No temen que el documento se quede en el cajón?
Yo pienso que, simplemente, el hecho de haber realizado y publicado el informe hace que el Valle de los Caídos no sea igual el días antes y el día después de haber presentado este informe. Ya solo pedir la salida de Franco ha cambiado el monumento, al poner en cuestión su presencia allí. Incluso ha servido para saber que la familia no pensaba que aquel fuese el lugar idóneo. Ahora tienen otra opinión, pero quizá por la presión mediática.
Se ha hablado mucho de Franco y de Primo de Rivera, ¿pero qué plantean hacer con el resto de cuerpos enterrados allí?
Se dan las bases jurídicas para que el cementerio se convierta en público. Dentro de esto, habría que investigar quiénes están allí, con nombres y apellidos -se calcula que cerca de 12.000 son desconocidos-. Habría una operación de reajuste de los cuerpos que democratizara el monumento.
Una orden religiosa es la actual encargada de su cuidado.
Denunciamos y pedimos que se revise el convenio existente con los benedictinos, firmado durante el franquismo. Resulta necesario revisarlo bajo los criterios de una sociedad democrática y parlamentaria. También se propone cambiar el estatuto jurídico del Valle de los Caídos, que se transforme el decreto de constitución de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Los juristas de la comisión han propuesto que sea un Patronato Real, pero como ocurre con en el resto del informe, es una recomendación
¿Quiénes formarían parte de ella?
Los patronos no serían solamente los benedictinos, sino también gente de las universidades, de los partidos políticos... Sería una entidad democrática y no franquista, que ha sido la que ha funcionado por defecto. Hay una transformación jurídica que puede tener la profundidad que se quiera.
Otro aspecto característico del lugar es su explanada, donde se han solido organizar actos de apología del franquismo. ¿Cómo podría cambiar ese enclave?
Se pide que se haga un monumento en la explanada. Allí se propone hacer una intervención de tipo artístico -hay muchos intelectuales, artistas, arquitectos que trabajan el tema de memorias traumáticas-, que tenga la escala de lo que sería los memoriales de Hiroshima y Nagasaki o el monumento a las víctimas del Holocausto de Berlín, ambos de un enorme empaque conceptual.
¿Sería la única edificación prevista?
Esta intervención estaría vinculada a un centro de interpretación que sería absolutamente básico y que explicaría la historia del monumento y del franquismo. A la gente le permitiría entender lo que hay allí, valiéndose de las nuevas tecnologías y de las nuevas tendencias museográficas. Debería ser un lugar ágil y didáctico. Sin olvidar un espacio para el duelo, que hemos concretado como espacio de meditación, para la gente que quiera ir allí y no quiera ir a misa. Todo esto es lo que hemos llamado memorial del valle.
¿Esas actuaciones son suficientes para "resignificar" un conjunto que, solo por sus características arquitectónicas, recuerda las ambiciones de grandeza de la dictadura?
Esto debería decidirlo la gente, que siempre podría visitarlo o dejar de hacerlo. El Memorial a las víctimas del Holocausto de Berlín está hecho en el entorno de la Cancillería del Tercer Reich y del búnquer de Hitler, en el corazón del nazismo. Esto supondría colocar un memorial en el corazón del franquismo. Por eso te digo que la escala es muy importante. Se ha propuesto una cosa de mucho nivel museográfico, arquitectónico, artístico y conceptual. Si no, sería un fracaso. No tendría sentido hacer una obra menor allí, con dos placas descontextualizadas.
Respecto a la simbología nacional-católica del Valle de los Caídos, el informe se basa en el concepto "conservar y explicar", en vez de eliminar. ¿Por qué?
No se trata tanto de explicar lo que significan los símbolos, sino de explicar lo que fue el franquismo a través de sus símbolos. Había propuestas para tapar o cambiar algunos elementos, pero al final se decidió que la arquitectura y la simbología no se tocan, porque se va a convertir en una especie de museo del franquismo, pero explicado en el centro de interpretación. Así, la gente podrá ver las aspiraciones de grandeza o eternidad del franquismo, plasmadas en su mayor y más significativo monumento. El resto de opciones planteadas resultaron ridículas.
¿A qué se refiere exactamente?
El monumento es muy fuerte, muy potente. Es sobrecogedor, de una escala impresionante. Quitarle un escudo y ponerle una bandera no iba a reducir el monumento. Por ello decidimos tomar la decisión de dejarlo tal cual, rehacer la jerarquía de cuerpos -que modifica el monumento- y toda la estructura exterior (memorial del valle).
Sin embargo, han podido constatar el pobre estado de conservación del conjunto. ¿Dejarlo caer no podría ser una especie de venganza histórica?
Hemos tomado otra vía y creo que ha sido uno de los ejes del consenso. Pero la decisión de mantenerlo, sobre todo, obedece al cementerio con más de 30.000 cuerpos situado tras las capillas de la basílica. Allí hay personas de ambos bandos. Fusilados, muertos en el frente de batalla, en otras circunstancias... Dejar caer un monumento con un cementerio debajo sería complicado.
¿Qué costo tendría la intervención que proponen?
A este respecto, se ha malinterpretado la cifra de 13 millones que aparece en el informe. Lo que vale 13 millones es simplemente que no se caiga el Valle de los Caídos. Según los estudios que nos han pasado los técnicos de patrimonio, la cantidad de filtraciones es enorme. La basílica está excavada en el interior de una montaña, en un lugar donde el estrés térmico es enorme y donde las filtraciones son constantes. Hay un deterioro importante.
¿Qué le respondería a quien le dijese que la inversión es demasiado grande en época de crisis?
Es cierto que el tiempo económico es muy malo. Sin embargo, si lo miras de una forma comparativa, hay proyectos faraónicos que se han hecho en España y que cuestan mucho más. No es caro, porque significa invertir en convivencia. Es un intangible. Quien quiera aplicar criterios economistas, que compare esta inversión con otras infraestructuras. Me parece un debate falso, porque el coste es asumible para la sociedad española.