Las resacas hace tiempo que no se limitan sólo a hacernos recordar los excesos con el alcohol y se centran también en los abusos gastronómicos. Y es que la Navidad es tiempo de abundancia y de lamentos posteriores. Por eso, y aunque no se hable tanto de ellos, los menús del día siguiente se convierten también en los más repetidos en estas fechas. Así las cosas, contra los empachos, ardores, dolores de estómago o la acidez, los alimentos más habituales en las dietas blandas se convierten en los clásicos del menú de los días 26 de diciembre, 2 y 7 de enero. Porque el olor a mazapán muchas veces viene seguido del aroma a limón.
Y como la prevención siempre es una buena solución se recomienda tratar de ingerir en las comidas el prototipo del 15% de proteínas, 30% de grasas y 55% de hidratos de carbono dentro de las posibilidades que ofrecen estas fechas. Además, también es una opción óptima tomar papaya o piña fresca antes de comenzar con los típicos postres navideños ya que favorecen la digestión de las proteínas, así como plátano maduro o uvas como antiácidos naturales. Por otro lado, las infusiones de manzanilla, menta y tila se presentan como soluciones naturales protectoras del aparato digestivo que evitan la formación de gases. Para los más osados, también se puede innovar tomando después de una comida copiosa una cucharada de raíz de jenjibre en una taza de agua hirviendo.
Claro que si esto no funciona, los expertos dan una serie de consejos para sobrellevar los empachos con la mejor cara posible. En primer lugar, en caso de percibir los primeros síntomas de indigestión se debe iniciar una dieta blanda a base de caldos vegetales, purés, frutas y pescados al vapor. Y para beber se indica la fabricación de un suero casero a base de zumo de un limón con un litro de agua, una pizca de bicarbonato y otra de sal.
Estos remedios deberían ser suficientes para sobrellevar los estragos que hacen en los estómagos el cordero, el marisco y demás platos ricos en grasas y sal, además de los turrones y mazapanes y las bebidas alcohólicas y gaseosas. No obstante, si el malestar persiste se recomienda acudir al médico ya que, en ocasiones excepcionales, los expertos informan de que los abusos gastronómicos pueden producir un cólico biliar en personas con predisposición a los mismos.
En cualquier caso, un poco de cabeza y responsabilidad a la hora de realizar las comidas, se convierten en la mejor receta para terminar bien estas fiestas y entrar en el nuevo año en perfecta forma física.