Instantes de Baselga durante la entrevista. Foto: dna
Los biomarcadores, la huella dactilar del tumor cancerígeno
Permitirán rediseñar los ensayos clínicos y facilitarán las terapias personalizadas
N. Lauzirika
MADRID. Los biomarcadores son un elemento clave en la investigación del cáncer. Cada tumor presenta alteraciones específicas que se conocen mediante el análisis molecular. Al cruzar esa información con los rasgos genéticos del paciente se obtienen unos biomarcadores que suponen la "huella dactilar", la forma en que ese tumor se manifiesta en un paciente en concreto. A partir de esa identificación se puede buscar el tratamiento personalizado. "Vamos hacia una nueva clasificación de los cánceres según sus caracteristicas moleculares", reconoce Josep Baselga, y esa concreción permitirá una creciente personalización de las terapias, que pasa también por el diseño de nuevos tipos de ensayos clínicos. La idea para rediseñar estos estudios es que los enfermos, en lugar de incorporarse por su tipo de tumor, lo hagan por las mucho más concretas características moleculares de su tumor.
Ésta es la base del nuevo Programa Fundación BBVA para la Investigación en Biomarcadores Tumorales, proyecto en el que el BBVA invertirá 2,5 millones a cinco años para la búsqueda de terapias personalizadas.. "De la mano de este tipo de medicina vendrán los grandes avances contra el cáncer", explica, feliz por el convenio suscrito entre la citada Fundación con el Instituto Oncológico del Vall d'Hebron (VHIO), de Barcelona, y con el Massachussetts General Cáncer Center, en Boston (Estados Unidos). Los investigadores de ambos centros buscarán nuevos fármacos y trabajarán en mejorar los ya existentes, acelerando la traslación de los avances al paciente. "Esto es importante, porque hay mutaciones pequeñas, poco frecuentes y complejas que, con nuestra plataforma actual no somos capaz de detectar", apunta. "Los investigadores van a ser capaces de interpretar el tumor en tiempo real y buscar biomarcadores que determinen vías alternativas para atacar a un cáncer que ha encontrado la forma de sobrevivir a sus primeros tratamientos", añade Baselga, para quien el futuro va a ser la combinación de fármacos. "Tenemos que entender qué vías adaptativas usa la célula para poder atacar el tumor inteligentemente".
A pesar de esto, añade Baselga, la buena noticia es que estamos en medio de una revolución del diagnóstico y tratamiento del cáncer, gracias a que ahora se sabe que la causa de su aparición, en muchos casos, es la presencia de determinadas mutaciones genéticas, comunes a tumores que pueden tener diferentes localizaciones en el organismo. "Ya estamos viendo que las terapias personalizadas están funcionando, como es el caso de los tratamientos contra los melanomas que contienen la mutación del gen B-RAF, que ha cambiado el pronóstico al anticipar la respuesta positiva a un fármaco bautizado como PLX4032. En este momento tenemos más de 60 terapias, fármacos en fases I, con multitud de indicaciones. Pero, continúa Baselga, es importante entender que vamos a ir borrando, progresivamente, la diferenciación entre cáncer de mama o cáncer de pulmón".
El investigador reconoce que los fármacos personalizados serán más caros que los actuales, pero precisa que el beneficio que se obtendrá con la medicina individualizada será muy superior al que se consigue con el mismo coste hoy en día. "Estamos en una situación en la que damos fármacos que son caros a un gran número de pacientes para que solo se beneficien unos pocos durante un tiempo pequeño. En un futuro iremos a un escenario donde el uso de los medicamentos se va a personalizar".