Dulantzi. Paisajes inolvidables, coquetos caseríos, bellas iglesias románicas, buena gastronomía, tradiciones convertidas en fiesta y abundantes servicios. Así se resume la esencia de la Llanada. Una comarca enclavada al este de Álava con una gran calidad de vida. Con el fin de dar a conocer las excelencias gastronómicas y los productos de los ocho ayuntamiento que compone la comarca -Agurain, Dulantzi, Asparrena, Zalduondo, Barrundia, Elburgo, San Millán e Iruraiz-Gauna-, la localidad de Alegría ofreció ayer pinceladas de tradición -a través del toque de campanas-, de modernidad -con el encuentro de los cuatro coros comarcales- y de buena mesa -a través de la II Feria de Productos Gastronómicos y Artesanales-. Pese a lo atractivo de la cita, las condiciones meteorológicas desanimaron al público. La intensa lluvia caída a lo largo de toda la mañana y el frío -con temperaturas de apenas ocho grados- restaron brillo a los verdaderos protagonistas de la jornada dominical: los productos artesanos y gastronómicos y la cultura.
Los soportales de la Casa de Cultura y del propio Ayuntamiento sirvieron de refugio para los diferentes puestos de productos. Repostería, sidra ecológica, embutidos o queso compartieron protagonismo con abalorios o productos elaborados con madera. Desde Ozaeta llegaba Koldo, de Sidras Borobia, elaborada de manera ecológica, "sin ningún tipo de tratamiento y certificada". Desde una experiencia de 16 años, este productor explicaba que "en Álava no se consume mucha sidra", al tiempo que reconocía que "este tipo de ferias es una buena manera de darnos a conocer". De la misma opinión era la chica que atendía en el puesto de quesos de oveja de Félix Etxezarreta, de Gordoa, quien reconocía que "con buen tiempo la gente se anima más a venir y a comprar". También reconocía que con la crisis han disminuido considerablemente las ventas. "Si antes uno se llevaba 20 quesos ahora se lleva la mitad", apuntaba al tiempo que señalaba que pese a ello "el precio y la calidad se mantienen".
Entre las curiosidades de la feria estaba el queso tierno Ametz, el primero de Álava elaborado con leche de vaca, que se realiza en la localidad de Larrea desde hace apenas un año para dar salida a una leche cada vez más infravalorada en el mercado. De sabor suave y con regusto a nata, su método de elaboración dista mucho del queso de oveja, tan famoso en la comarca y que tantos premios cosecha año a año. También destacaron Productos Artesanos Orondo, de Arbulo, elaborados con sus propios cerdos, dulces de Mañeko o queso de Eguino.
Además la solidaridad también tuvo cabida en Dulantzi. Los miembros de la Asocaciación de Enfermos y Transplantados de Corazón y Pulmón de Euskadi (Atcore) instaló una mesa infomativa para la captación de nuevos donantes de órganos. También las integrantes del Grupo Argia, de Elburgo, pusieron a la venta productos como jabones, relojes o pequeños cuadros realizados por ellas mismas en talleres para recaudar fondos para un grupo de mujeres en Nicaragua.
La brasileña Luciana, que lleva varios años residenciado en Dulantzi, tuvo la oportunidad de vender sus productos de bisutería elaborados con cuero y piedras, otras manera más directa de dar a conocer sus joyas diferente a la de Internet, su modo habitual de venta.
A escasos metros del mercado, la iglesia de San Blas acogía la celebración del primer encuentro coral de la Llanada. En él participaron el Coro de Elburgo, Araiako Abesbatza, Eguzkilore Abesbatza (de Agurain) y el Coro Ayala de voces blancas de Alegría-Dulantzi. Cada grupo interpretó tres piezas, terminando con actuación conjunta de una canción por parte de los cuatro coros.
Tañidos especiales Pese a lo desapacible del día los asistentes aprovecharon para charlar o tomar algo hasta el inicio del encuentro de campaneros, quienes realizaron una serie de toque en la misma plaza. Dos esquilones de 1.000 y de 600 kilos presidían el kiosko de la plaza para dar a conocer cómo antaño las campanas sustituían a los relojes. El ángelus, a fiesta, a fuego, a difunto, oración, misa diaria, vereda o tente nublo fueron algunos de los tañidos que pudieron escucharse ayer.
Las actividades llevada a cabo ayer se enmarcan dentro de la segunda edición de las Jornadas Gastronómicas de la Llanad, que comenzaron el pasado 14 de octubre y que se prolongarán hasta el próximo 11 de diciembre con el objetivo de dar a conocer las excelencias gastronómicas de la zona y dar protagonismo a los platos basados en productos tde la tierra como la patata, las setas, la caza y el queso.