Vitoria. ¡Menudo cuajo! El alavés, claro. Al menos, así quedó claro ayer en el Campeonato de Euskadi de queso pastor de la Denominación de Origen Idiazabal. Los 40 mejores quesos de los cuatro territorios recogidos dentro de la marca y premiados en los respectivos torneos provinciales acudieron ayer a la cita que se celebró en Vitoria y el resultado no dejó lugar a dudas. Álava huele a queso, de calidad y en abundancia. Eli Gorrotxategi, de Asparrena, se alzó con el kaiku y la txapela de campeona y Unai Lekuona, de Araia, y Olabe Beitia, de Larrea, le hicieron de fieles escuderos con su tercer y cuarto puesto.

Y si no que se lo digan a los cientos de alaveses que se acercaron a la plaza de los Fueros para comprobar los aromas y sabores . Aunque la mañana comenzó un poco fría y ya se sabe que se necesita que la leche esté a 30 grados para poder elaborar el queso. Así que, sin llegar a esos extremos, a mediodía la feria se empezó a animar con los primeros rayos del sol que calentaron el ambiente. "Habrá que tomar un pintxiko para decidir cuál compramos", le decía Juan Carlos a su chavala María. Y dispuestos a empezar su particular peregrinaje se encontraron con la degustación del puesto de Slow Food.

"Nosotros apoyamos esta cita porque son quesos elaborados por los propios pastores, que sale de un ganado bien cuidado que sale a pastar a las montañas. No son productores industriales", explicaba Alberto López de Ipiña, presidente de la asociación, mientras preparaba las delicias en miniatura de flor de pastor en cucurucho de trigo ecológico aderezado con miel de Gorbea. "¡Qué rico! Está suavecito y el queso con la miel entra muy bien", comentaba Jesusa a su amiga Lourdes. Cerca de allí, la pequeña Mirari, de sólo dos años, comía a dos carrillos la delicia llegada de las queserías alavesas. "Sería mejor que no le gustara tanto", comentaba su ama entre bromas.

Arduo proceso Mientras tanto, el jurado compuesto por 16 miembros con catadores expertos, pastores y personalidades reconocidas realizaba la criba como si de separar el suero del queso se tratara. Y los nervios iban creciendo entre los participantes. "Nunca se sabe lo que va a pasar. Esta campaña ha sido buena pero todos presentamos nuestro mejor queso", comentaba Hirune Audikana, de Gereñu, una de las ilustres alavesas que más premios ha reportado al territorio.

Para ir matando el gusanillo, el quesero Gorka Azkarraga realizó una demostración de cómo elaborar un queso mientras el hostelero y restaurador, José Ramón Aguiriano, informaba a los asistentes del proceso. Y, después, claro, el momento de la cata comentada. Primero oler, después degustar. Una amplia gama de cortes, aromas y sabores que los presentes disfrutaron ávidos porque "cada queso es diferente".

Y la hora llegó. Eli Gorrotxategi, de Asparrena, subió al escenario a recoger la txapela de ganadora. De trás de ella, la quesería Haizpea, de Olabarria, Unai Lekuona, de Araia, Olabe Beitia, de Larrea, e Itsaso Barrenetxea, de Durango, suspirando por que el año que viene el cuajo recordado sea el suyo.