Vitoria. La plataforma social Zero Pobrezia lanzó al aire un contundente mensaje el pasado jueves 13 durante la presentación de los actos con motivo de la Semana contra la Pobreza que acaba de concluir: "La crisis está generada por un sistema que prima el enriquecimiento de una pequeña parte de la población a costa del empobrecimiento de la mayoría de las personas". Lamentablemente, la situación económica no ha dejado de mostrar su peor cara y lo que hasta hace bien poco parecía un camino de pronto retorno tiene ahora todos los visos de seguir plagado de obstáculos durante mucho tiempo. En este difícil contexto, las organizaciones que trabajan en favor de las personas más necesitadas, como Cáritas o el Banco de Alimentos, se han visto desbordadas y sus expectativas de futuro no son mejores.

Aunque la pobreza no es algo nuevo en Euskadi, ha cambiado de caras. Si bien antes se cebaba con la gente mayor y con las familias numerosas, ahora son principalmente las mujeres, los inmigrantes y los jóvenes los que más sufren sus consecuencias. Se calcula que en la actualidad 88.643 personas, el 4,1% de la población, se hallan inmersas en la pobreza, circunstancia que afecta a 36.955 hogares en la CAV. Además, otro 19,3% de los vascos se encuentra bajo la amenaza de la indigencia y de la exclusión. Ramón Ibeas, secretario general de Cáritas Álava, apunta también a un nuevo perfil de pobreza en auge, extremadamente dramático por sus circunstancias: El que encarnan ciudadanos autóctonos que en su día disfrutaron de una posición cómoda pero que ahora, tras perder su empleo, se han visto engullidos por las deudas y en muchos casos con hijos a su cargo. Los cuadros psiquiátricos generados por estas situaciones y las rupturas de pareja surgen también de forma habitual. "Se dan situaciones cada vez más difíciles", lamenta Ibeas.

Cuando Cáritas presentó hace casi un año su última campaña de Navidad, la organización dependiente de la Iglesia Católica ya vaticinó un ejercicio 2011 extremadamente duro que la realidad se ha encargado de ratificar. Por suerte, la solidaridad ciudadana en forma de donativos ha crecido de forma importante, aunque no llega para cubrir todas las necesidades. "Estamos recibiendo más dinero que cuando no había crisis, pero aunque aumenta esa solidaridad no lo hace al mismo ritmo que la necesidad", certifica Ibeas.

El secretario general de Cáritas lamenta profundamente los cambios introducidos por el Gobierno Vasco en la ley que regula la percepción de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), que endurecerán las condiciones para acceder a esta ayuda, y parte de la polémica novedad para vaticinar, "sin ninguna duda", que el próximo año 2012 será "todavía peor" que el actual. Ibeas cree que las medidas pactadas por PSE y PP "van a dejar a mucha más gente en precario" y lamenta que las instituciones vascas "hablen del fraude en la concesión de ayudas sin tener datos para justificar recortes sociales puros y duros". El representante de Cáritas, desmintiendo esa idea compartida por muchos de que los inmigrantes son los únicos que cobran prestaciones, ilustra un ejemplo muy gráfico para describir su día a día: "Las últimas tres personas con las que he hablado y que tienen problemas de necesidad son de aquí y desde antes que yo".

Heraclio Palomino, presidente del Banco alavés de Alimentos, sintetiza también en pocas palabras las dificultades que muchas personas están atravesando en estos difíciles tiempos. Después de diez años de trabajo en esta organización solidaria, Palomino tiene "muy interiorizadas" lo que significan la pobreza y la necesidad. El Banco de Alimentos, de hecho, ha registrado durante el presente ejercicio alrededor de 500 usuarios más en sus servicios, un incremento de casi el 10% en las listas respecto al ejercicio anterior. "El problema se está agudizando", advierte el veterano portavoz.

de primera necesidad Debido a la coyuntura económica, las empresas han variado sus estrategias de fabricación y de un tiempo a esta parte se limitan a producir lo justo -o incluso menos- de la demanda esperada para reducir costes. Por este motivo, la posibilidad de recolectar el millón de kilos de comida que otros años ha recibido el Banco de Alimentos se ha convertido en algo más que una quimera. Para más inri, la institución sufre en la actualidad una acuciante falta de fondos de bienes de primera necesidad como el aceite y el arroz, los alimentos más demandados por los colectivos a los que se abastece.

A lo largo de este 2011, el Banco de Alimentos también ha asistido a un cambio de perfil en la identidad de las personas que recurren a sus servicios. Por una parte, y esta situación la ha detectado al mismo tiempo Ibeas desde Cáritas, se está produciendo un regreso masivo de inmigrantes a sus países de origen. Por otra, se ha incrementado el número de "pobres vergonzantes", esas personas instaladas ya en la tercera edad o viudas que no se atreven a reconocer que necesitan ayuda.

Por desgracia, la situación generada en casa también ha tenido una gravísima repercusión fuera, tal y como advierte un portavoz de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de Euskadi. No en vano, los proyectos de cooperación en países con escasos recursos viven también una gravísima época de vacas flacas por la falta de recursos económicos que amenazan con cronificar un problema de difícil solución.