gamarra. Llegar a la A-1 desde Gamarra se convirtió ayer en un ejercicio de temeridad. Los accesos a la autovía estaban vetados por agentes de la Ertzaintza, que intentaban impedir que nuevos vehículos se sumaran a la marabunta en la que se había convertido la carretera por los efectos de un accidente de tráfico. Poco antes de las 14.30 horas, una colisión múltiple entre dos camiones y un turismo derivó en la peor de las consecuencias. El conductor de uno de los trailers -un portugués de 44 años- falleció y los otros dos implicados -el chófer del otro vehículo de carga y el del turismo (un Seat Exeo)- tuvieron que ser evacuados a Santiago y Txagorritxu para ser atendidos de sus heridas. El caso es que como consecuencia del desastre viario, los dos camiones comenzaron a arder violentamente. Estelas de humo negro y explosiones generadas por la combustión de sus materiales se pudieron oír y ver a kilómetros de distancia, al igual que las sirenas de los servicios de emergencia que querían acceder al lugar de los hechos y las de los Bomberos, que lograron controlar las llamas tras una afanosa tarea dificultada por los gases y el humo generados en el incendio.
Todo ello se produjo en un instante. Sin apenas tiempo de reacción, el accidente derivó en un infierno. En unos minutos, sólo quedaba la estructura retorcida de los camiones en llamas, que más se asemejaban a una estructura de alambres retorcida que al esqueleto de los que fueron imponentes cargueros. El resto desapareció pasto de las llamas. Tal fue la situación generada por el fuego que los agentes encargados de hacer el correspondiente atestado tuvieron dificultades para descifrar datos básicos como las matrículas de los camiones o la marca y modelo de estos. Lógicamente, el caos provocó que la Policía autonómica impidiese el acceso a la A-1, primero desde Gamarra, y después desde otras entradas a la autovía. Poco después se decidió cortar la A-1 en sus dos sentidos.
Por todo ello, el tráfico tuvo que ser desviado por la capital, circunstancia que convirtió a la zona en una ratonera complicada de eludir, y que se enrevesó aún más con los cientos de vehículos de las zonas industriales aledañas que regresaban de trabajar o que buscaban iniciar sus respectivas jornadas. El resto, tuvo que buscar su ruta habitual por la N-240, circunstancia que no impidió que toda la zona y la red principal de carreteras del territorio histórico tuvieran que soportan fuertes retenciones durante buena parte de la tarde. En cualquier caso y para evitar males mayores, se habilitó un carril lateral, que discurría paralelo a la A-1, para que fuera utilizado por la circulación que se dirigía hacia tierras guipuzcoanas. Además, al lugar también se desplazaron dos grúas de gran tonelaje para proceder a la retirada de los camiones. El tráfico en sentido a Irun se restableció a lo largo de la tarde, mientras que en los carriles hacia Madrid las retenciones llegaban a los siete kilómetros.
En cualquier caso, el relato de los hechos facilitado por el Departamento vasco de Interior explica que por causas que aún se ignoran, un camión DAF, modelo XF y matrícula lusa, que circulaba en sentido Irun se salió de la calzada, saltó la mediana y colisionó contra un camión Scania, modelo R480, que circulaba hacia Madrid. A continuación, un turismo se topó contra los accidentados. Como consecuencia del siniestro, uno de los camioneros resultó fallecido en el acto, mientras que tanto el conductor del otro camión -un vecino de Iruña Oka, de 42 años-, como la mujer que conducía el turismo -una bilbaína de 39 años- resultaron heridas.
Por otra parte, una adolescente de 14 años resultó herida grave en Vitoria al ser atropellada por el autobús escolar del que se había bajado momentos antes y que reanudó la marcha sin percatarse de las personas que se encontraban fuera del vehículo. Los hechos tuvieron lugar el jueves a las 20.00 horas a la altura del número 80 de la calle Portal de Castilla. Al parecer, el chófer puso en marcha el bus y atropelló a la adolescente, que fue trasladada al gasteiztarra Hospital de Txagorritxu.