ginebra. El mundo de la física se vio sacudido ayer por los resultados de un experimento del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) con unas partículas que pueden haber alcanzado una velocidad superior a la luz, posibilidad recibida con una mezcla de escepticismo y entusiasmo en la comunidad científica.
El experimento bautizado como OPERA y ejecutado por el CERN y el laboratorio italiano de Gran Sasso dio como resultado que los neutrinos viajan más rápido que la luz, a la que se atribuye el límite de la velocidad cósmica, y lo que supondría poder viajar al pasado.
Este resultado sorprendió tanto a los científicos que participaron en el experimento que fue repetido durante seis meses hasta que se decidió hacerlo público en una conferencia científica celebrada en la sede del CERN, situado en la frontera entre Suiza y Francia.
Sin embargo, sus autores han optado por la humildad y la prudencia y han concluido que "a pesar de la trascendencia de esta medida y de la estabilidad del análisis, su gran impacto potencial motiva que nuestros estudios prosigan para investigar posibles efectos sistemáticos desconocidos que puedan explicar la anomalía observada".
La "anomalía" se refiere a que se pueda haber superado la velocidad de la luz, que sustenta la teoría de la relatividad planteada en 1905 por Albert Einstein y que, a la vez, es el anclaje central de los postulados de la física moderna.
Por esa razón y de manera deliberada, los responsables de OPERA no han intentado aportar "una interpretación teórica o fenomenológica de estos resultados".
Las mediciones se apoyaron en una larga acumulación de estadísticas en OPERA y en la observación del comportamiento de 16.000 "eventos con neutrinos", de los que se extrajo la conclusión de que estas partículas subatómicas, que prácticamente carecen de masa, habían viajado 60 nanosegundos más rápido que la luz. Los neutrinos recorrieron los 730 km que separan las instalaciones del CERN en Suiza y el laboratorio subterráneo de Gran Sasso a una velocidad de 300.006 kilómetros por segundo, es decir, 6 km/s más rápido que la velocidad de la luz. Dicho de otra manera, los científicos aseguran que en una carrera de fondo de 730 km, los neutrinos superan la línea de llegada con 20 metros de ventaja sobre la luz, si esta hubiera recorrido la misma distancia sobre la corteza terrestre.
La presentación de estos resultados estuvo a cargo del responsable del análisis de las medida y miembro del Instituto de Física de Lyon (Francia), Dario Auterio, quien explicó que el margen de error establecido fue de 10 nanosegundos.
De la sala surgieron dudas y cuestionamientos, como el hecho de que el margen de error de 60 centímetros hubiese sido probado sólo dos veces y sin considerar la posición de la luna. Otro científico preguntó si las diferencias de presión atmosférica entre el CERN y de Gran Sasso podría haber influido en la medición realizada con los sistemas globales de posicionamiento.