vitoria. Aunque el futuro de la actual prisión de Nanclares de la Oca se encuentra plagado de interrogantes, el alcalde de Iruña Oka, municipio en el que se asientan tanto el viejo penal como la nueva macrocárcel de Zaballa, insiste en que el centro se clausurará tal y como está previsto, por lo que reclama las antiguas instalaciones para aplicarlas a usos turísticos. El primer edil de la localidad alavesa, el socialista Javier Martínez, confía en la palabra dada por el Gobierno Central sobre la inminente clausura del penal y asegura que, dada su estratégica ubicación, el edificio podría perfectamente dedicarse a satisfacer la creciente demanda de pernoctaciones turísticas que registra el territorio. Tomando como base este enclave, los visitantes podrían desplazarse a otros puntos de interés de la zona.
Martínez, en absoluta sintonía con lo expuesto hasta la fecha por los responsables de Instituciones Penitenciarias, sostiene que el antiguo inmueble no tendrá usos penitenciarios y que el aprovechamiento turístico que persigue su Ayuntamiento podrá cerrarse con un simple acuerdo de cesión rubricado por el Gobierno central. Un panorama que, hoy por hoy, se vislumbra posible pero que podría sufrir un drástico vuelco si el PP gana las elecciones generales el próximo 20-N.